Quiero hoy cuestionar esta idea. ¿Qué nos asegura que los que vengan después serán mejores? Tanto a Palacio como a la plaza Bolívar. ¿Cómo lograremos implementar el legado del presidente Vizcarra, las reformas, si vamos a cambiar de dirigentes? Además, el argumento de que la mayoría de peruanos apoya esta medida abre una caja de Pandora, peligrosa y ya conocida en la región. ¿Qué pasa si mañana un líder carismático logra una aprobación avasallante? ¿Qué le impide decir que, como el pueblo lo quiere, él considera que un referéndum es la forma adecuada de llevar adelante su proyecto? Si la mayoría dice que se vaya, se va; si dice que se quede, ¿se queda? Ese es el modelo de Chávez, Correa, Ortega y Evo. Nuestra república no tiene instituciones que contrapesen una movida así.