¿Qué pasa con las elecciones gringas?

Las elecciones en Estados Unidos pueden parecer lejanas, pero lo que sucede allá siempre trae una estela que salpica, así que a estar atentos. Mientras Trump está seguro como candidato republicano, los demócratas iniciaron el lunes sus primarias. El estado de Iowa fue la primera parada... y ha sido un desastre. Casi un día después de la votación, no se conocían los resultados porque falló la aplicación que se utilizó para el conteo. Lo que siguió fue caos, preguntas sin resolver, teorías conspirativas y un Trump fortalecido por este anticlimático comienzo de la carrera demócrata.

Esta semana marca un hito para Trump en su intento de reelección: el desastre demócrata de Iowa llegó un día antes de su discurso anual ante las dos cámaras del Congreso, en su punto de mayor aprobación desde que llegó a la presidencia (49%, Gallup) y días antes de que el Senado lo vaya a blindar en la votación del impeachment. Trump tiene a la mayoría de senadores con él. El Partido Republicano, por primera vez, se ha alineado bajo su liderazgo y lo librará del juicio político que parece no haberle dejado ni un rasguño.

Mientras tanto, en la orilla del Partido Demócrata no hay candidato fijo. La discusión entre los electores demócratas se ha concentrado en intentar identificar al candidato que esté en capacidad real de ganarle a Trump, sin resultados contundentes hasta hoy.

En simultáneo, el establishment demócrata está canalizando esfuerzos para sabotear nuevamente a Sanders y colocar a alguien que sea más condescendiente con la clase política tradicional, las grandes corporaciones y sus intereses. Aunque esta vez Sanders viene con fuerza, esto puede terminar debilitando a todas las candidaturas, dejándole la cancha libre a Trump. Ese definitivamente sería un desastre mayor.