Las medidas tomadas para contener la propagación del COVID-19 han generado impactos negativos sobre la economía. El gobierno y el Banco Central de Reserva (BCR) los enfrentan con un enorme paquete de estímulo económico. Uno de sus objetivos es que no se rompa la cadena de pagos.

Una economía está compuesta por compradores (consumidores), vendedores (productores) y gobierno. Una empresa para poder funcionar compra insumos y contrata trabajadores y con ellos produce bienes y/o servicios que los pone a la venta.

Con los salarios recibidos, los trabajadores le compran otros bienes y/o servicios a otras empresas para satisfacer sus necesidades. Y la secuencia se repite. Así funciona una economía.

Note el lector que en todos los eslabones existe un pago de por medio como si fuera una cadena de pagos. Entre compradores y vendedores está el gobierno, que cobra impuestos y con el dinero recaudado ofrece educación y salud públicas, seguridad ciudadana, etc. La cuarentena interrumpe todo el flujo, pues nadie tiene dinero para pagarle a nadie. En ese caso, se rompe la cadena de pagos. El dueño de una cebichería no tiene cómo pagarle al que le vende el pescado, pues como está cerrado el negocio, no tiene ingresos y, por ende, no puede pagar a sus trabajadores. Es como si la economía se encogiera.

Ante eso, el Ministerio de Economía y Finanzas y el BCR han diseñado un programa de inyección de liquidez por ambos lados (trabajadores y empresas) para evitar que se desplomen los ingresos, por un lado, y las ventas, por otro. A los dos se les inyectará liquidez. El BCR a través de créditos a las empresas por un valor total de 30 mil millones de soles y, por otra parte, el MEF con el bono de 760 soles y otras medidas dirigidas a los no pobres, pero vulnerables (los que viven al día).

De este modo, BCR y MEF están actuando como si fueran la cadena de pagos, mientras dure la cuarentena. Se entiende que durante este período la cebichería seguirá sin vender, pero al recibir el dinero, reemplazará sus ingresos de manera temporal. Con el bono ampliado y las demás medidas, el MEF reemplaza lo que los trabajadores recibirían en caso lo hubieran hecho.

A pesar de los problemas vinculados a la gestión del proceso de ayuda a ambos, la idea va en la dirección correcta.

Otra crítica puede ser que al recibir dinero tienen que ir a cobrarlo y luego a comprar. En esos casos se genera aglomeraciones que es justo lo que debemos evitar para contener la propagación del virus. La opción es entregar canastas de alimentos de manera directa, puerta por puerta, con el apoyo de las Fuerzas Armadas y la Policía. La clave está en actuar rápido y para ello hay que dejar que el Ejecutivo haga la tarea sin que haya interrupciones.

No es momento en que el nuevo Congreso haga propuestas, a lo mejor bien intencionadas, pero populistas y sin ningún sustento técnico. No es momento de hacer política.

En economía hay que actuar con cabeza fría y corazón caliente, pero con conocimientos de los impactos que puede generar cualquier idea sin sustento, pero que al mismo tiempo, suena bien para los aplausos del público. Así no es.