El escándalo de corrupción de Qali Warma recién se está destapando y ahora, después de la publicación de investigaciones periodísticas, se puede corroborar la tesis que involucra a funcionarios de las más altas esferas del país y llega hasta a la propia presidenta Dina Boluarte.
Que Frigoinca, la empresa que estafaba al Estado, haya tenido un crecimiento vertiginoso en las adjudicaciones de las licitaciones no es casualidad. Así haya recibido diversas denuncias, disponía de todo un aparato instalado en el programa social para contener y salir bien librado de ellas, las cuales, por supuesto, incluían conservas de carne de caballo y productos no aptos para el consumo humano distribuyéndose como parte de la alimentación de los niños más pobres del país.
Sobre el otrora amigo íntimo de Nicanor Boluarte, Víctor Torres, socio ocasional en los tinglados que armaron en el poder —aprovechando la patente de corso que le habría entregado la presidenta al hermano—, hoy se conoce su declaración. En esta involucra directamente a la presidenta en los favores que les hacía a varias empresas mafiosas que tenían que cumplir obligaciones con el programa Qali Warma, pero que se solucionaban a cambio de aportes dinerarios.
Así lo nieguen ahora los involucrados, Víctor Torres se ha acogido a la colaboración eficaz y está asumiendo haber cometido delitos y está aportando información valiosa para la investigación fiscal.
No sería gratuito que Demartini e Hinojosa siempre hayan acompañado a la presidenta, hasta cuando era ministra del Midis. Todo se habría estructurado para tener una organización criminal que direccionaba licitaciones a cambio de beneficios pecuniarios, como se establece en la carpeta fiscal.
Por eso, no es de extrañar ahora que no quieran promulgar la derogatoria de la ley maldita que elimina la detención preliminar, porque saben que, si capturan a Hinojosa y los empresarios mafiosos, estos se van a acoger a la colaboración eficaz y van a empezar a cantar todo.
Para esto se presta el ministro que defendía delincuentes y hoy funge de ministro del Interior y, como buen servil, se ha encargado dizque de observar la ley maldita para así evitar la restitución de la detención preliminar. Entonces, se entiende por qué priorizan estas decisiones en Palacio, porque el círculo de la corrupción se está cerrando.
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