Por este hecho, Fuerza Popular decidió abandonar el hemiciclo del Parlamento. (Foto: Anthony Niño De Guzmán / GEC)
Por este hecho, Fuerza Popular decidió abandonar el hemiciclo del Parlamento. (Foto: Anthony Niño De Guzmán / GEC)

Lo de Fuerza Popular ayer fue un papelón. Como si no hubiera sido suficiente haber perdido cinco miembros más en un solo día, el fujimorismo insistía con censurar al presidente del Congreso, Daniel Salaverry. Por la mañana, su vocero, Carlos Tubino, aseguró que “por el honor de su bancada” persistirían en la medida, pero por la tarde –ante la evidente falta de apoyo del resto de bloques– se tiraron para atrás.

Ha quedado claro que FP no tiene más el control del Parlamento. Su cercanía con la bancada del Apra, con la que jugaba en pared para obstruir cada movimiento de sus opositores y del Gobierno, se ha atenuado. Ni los apristas apoyaron la moción de censura contra Salaverry, que con ese retroceso de sus ex compañeros ha ganado más legitimidad.

“Primero está el país, al margen de nuestras posiciones políticas, agravios, falsas acusaciones que nos han hecho”, dijo la fujimorista Luz Salgado antes de decir que retiraban la moción. Pero si hubieran tenido la mayoría absoluta como antes (73 legisladores), defenestrar a un presidente del Legislativo no hubiera sido un inconveniente. De hecho, gracias a esa mayoría avasallante sacaron al ministro de Educación Jaime Saavedra. Y lo hicieron por las puras. Y por las puras también pretendieron botar a Salaverry de la Mesa Directiva, olvidando que el manejo del debate que tuvo el lunes está dentro de las licencias de cualquier sesión plenaria caliente.

“No somos ninguna organización criminal. Somos un partido político a nivel nacional, el más fuerte, envidia de muchos. Que seamos 73 provocó que se tratase de mermar la agrupación. Primero está el país”, agregó Salgado. Un discurso que, en este contexto, tras ser investigados por lavado de activos y por intentar tomar el Ministerio Público, carece de credibilidad.

Seguidamente, Tubino aseguró que los restantes fujimoristas “están más unidos que nunca” y que “la bancada es un solo puño”. Pero más bien lo que parece dejar en claro es que en FP no pueden aceptar la realidad: ya no son mayoría absoluta. Hoy, con 56 integrantes, no llegan a tener los votos para, por sí solos, atropellar como lo solían hacer.

Debilitados, ahora necesitarán un verdadero diálogo democrático para hallar consensos. Empieza una nueva etapa en este Parlamento.

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