El ex presidente Alan García aduce que hay persecución política en su contra. (FOTO: USI)
El ex presidente Alan García aduce que hay persecución política en su contra. (FOTO: USI)

Alan García insiste, dice que es un perseguido político. Cita investigaciones congresales que lo exoneran; y dice que dos fiscales supremos, que ocuparon la Fiscalía de la Nación, lo absolvieron “aunque ninguna de esas resoluciones sea respetada, en este momento, por fiscales de inferior categoría que conducen la persecución política en mi contra”.

Lo que no dice García es que esos “fiscales de inferior categoría” trabajan sobre la base de nuevas pruebas, de nuevos elementos de juicio a partir de los interrogatorios a los que pudieron acceder en los últimos meses; y que lo hacen a pesar de que la bancada aprista y su aliada fujimorista en el Congreso mantienen en la Fiscalía de la Nación a Pedro Chávarry, cuestionado por sus relaciones con el cabecilla de la banda criminal Los Cuellos Blancos y claramente enemigo del equipo especial anticorrupción.

García pone en tela de juicio las credenciales democráticas y el Estado de derecho en nuestro país para justificar su solicitud de asilo, pero el pueblo peruano, como el pueblo uruguayo, ha sufrido dictaduras y quiebres de todo tipo en su sistema de administración de justicia. Uruguay y Perú conocen de autoritarismo y abuso, pero también de esfuerzo y coraje para reencauzar sus destinos.

Por eso, el pueblo uruguayo debe ser solidario con el pueblo del Perú, ayudarlo a defender el terreno ganado a la corrupción y al pasado vergonzante; en el que todo se arreglaba por amiguismo, en que los políticos poderosos se protegían y se salían siempre con la suya.

Antes de tomar una decisión, el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, debe escuchar la voz de los peruanos. Los sondeos que en este y otros diarios hemos publicado son categóricos: la gran mayoría cree que García, como los otros presidentes, debe ser investigado y responder a la justicia en el Perú. En el país que, en dos oportunidades, le concedió el alto honor de elegirlo.

García dice que tomó la decisión de pedir asilo porque personal del equipo especial de la Fiscalía le informó que el 19 de noviembre lo detendría de manera preliminar. Todo un ex presidente de la República poniendo en riesgo el prestigio internacional de su patria por un rumor, en el mejor de los casos, por una especulación. Contando cuentos internacionales para salvarse.

Abonando en favor de prófugos como Alejandro Toledo o César Hinostroza. Poniéndose por delante, sin importarle cómo destroza el largo camino que el pueblo del Perú recorre hacia una institucionalidad recién germinada.

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