La marcha contra la corrupción partirá desde la plaza San Martín. (Perú21)
La marcha contra la corrupción partirá desde la plaza San Martín. (Perú21)

Esta semana, los peruanos hemos sido testigos de dos hechos en los que el pueblo, empoderado por la indignación y el sentido de justicia, ha trabajado cuerpo a cuerpo con las autoridades para perseguir un fin común. En uno de ellos, el delincuente que asesinó a dos policías, y que murió por los impactos de bala que recibió, fue localizado –según dijo el general Lavalle– gracias a un vigoroso esfuerzo de la ciudadanía que se sumó a la Policía para dar con su paradero.

En el otro caso, el crápula que violó a una niña en Ventanilla estaba cerca de ser liberado, por vacíos procesales, cuando la ciudadanía alzó su voz y, una vez más, logró que el sentido común prime y que el delincuente permanezca retenido. Estos dos ejemplos de cómo la ciudadanía puede influir en la cosa pública y en el discurrir político del país, no obstante, puede también extrapolarse a la esfera política. Y quizá sea este el nacimiento de una nueva ciudadanía.

Hace poco más de un mes, los ciudadanos impidieron que quienes representaban a alternativas radicales o poco transparentes alcancen el poder en la Municipalidad de Lima: en la recta final, los candidatos que bien que mal tenían propuestas mejor articuladas recibieron un espaldarazo de apoyo que los catapultó por encima de quienes habían construido sus campañas sobre la demagogia, el populismo o la más burda xenofobia. Pero vamos más allá.

Cuando el presidente Vizcarra planteó que los ciudadanos participen activamente en la toma de una serie de decisiones trascendentales para la vida republicana de nuestro país, fue la ciudadanía la que terminó por darle legitimidad al pedido del presidente: recordemos que la gran mayoría de fuerzas políticas se oponían total o parcialmente a las reformas que Vizcarra logró colocar en el referéndum que se celebrará el 9 de diciembre próximo.
En Perú21 creemos que estas manifestaciones –aún aisladas– de civismo político pueden ser el inicio de un fortalecimiento real de la conciencia ciudadana en nuestro país. Y vaya que nos hace falta. Si los peruanos comprendemos que tenemos el poder en nuestras manos para empezar a cambiar nuestro destino como sociedad, tanto para exigirle al Estado como para colaborar con él, será el inicio de un camino diferente.