Nel blu dipinto di blu. (Getty Images)
Nel blu dipinto di blu. (Getty Images)

Un helicóptero sobrevuela un país chorreando dinero a la población en todas las ciudades. ¿Qué efectos tendría en la economía la lluvia de billetes? Esa es la pregunta que se planteó el economista Milton Friedman en 1969 y que me ha venido a la mente por asociación con la canción “Volare”, que popularizó en los cincuenta Domenico Modugno; escribo desde Polignano a Mare, la bella ciudad de Puglia –cercana a Bari– que le vio nacer.

Aprovecho la proximidad entre Bari y Dubrovnik –un ferry nocturno hace el trayecto entre ambos extremos del Adriático–, de donde vengo de participar en una conferencia sobre política monetaria que organiza en junio el Banco Central de Croacia y en la que he participado todos los años desde 1995. En esta edición la pregunta era: ¿cómo regresar a la normalizad después de las políticas de emisión masiva de dinero?

El plato fuerte fue una mesa redonda con cuatro presidentes de sendos bancos centrales europeos que no identifico pues la conferencia no se abre a la prensa para poder discutir los temas sin las restricciones que impone la afiliación institucional. Sorprendentemente, el mensaje de los banqueros fue que todo está bajo control, que la economía europea seguirá creciendo y que pronto el Banco Central Europeo estará en posición de detener las compras de bonos y correspondientes emisiones monetarias.

Comencé mi intervención con una cita del economista Irving Fisher (1867-1947), al que muchos consideran padre intelectual de las políticas de expansión monetaria (o QE) emprendidas desde 2008. La cita en cuestión: “El dinero fácil es la causa principal del exceso de endeudamiento. Esto fue lo que ocurrió en 1929”.

La intención inicial en 2008 fue buena: ayudar a salir del hoyo a los deudores ilíquidos pero solventes evitando remates generalizados de activos que hubieran tumbado los precios; había que evitar a toda costa el deterioro de sus hojas de balance pues ello hubiera agravado la crisis.

Pero se les fue la mano a los banqueros. Siguieron emitiendo a raudales hasta hoy. Solo la FED de los EE.UU. ha emprendido el camino de regreso, con cautela: en tres años apenas ha recogido 180 mil millones de dólares, de los 3.6 billones que ha emitido desde 2008.

Nos dicen que todo está bajo control, pero es un sueño, porque los “maquinazos” han agravado tanto el endeudamiento como la sobrevaluación de activos que nos hundieron en la crisis de 2008.

“Penso che un sogno cosi non ritorni mai piu”, decía el gran Modugno en “Volare”.

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