Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional en Davos
Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional en Davos

Hace un mes, en mi columna “Jugando a la ruleta rusa”, comentaba el optimismo sobre el curso de la economía mundial y las bolsas que se respiraba en la última cumbre de Davos. Decía entonces que el panorama puede cambiar brusca y súbitamente y para ilustrarlo transcribía un párrafo del informe del FMI, publicado en julio de 2007, en que dicha institución mejoraba su ya elevada proyección previa de crecimiento para 2008. No fue así. Ocho meses después quebraba el banco de inversión Bear Sterns, marcando el inicio de la peor crisis financiera desde la Segunda Guerra Mundial.

Uno de los comentaristas más bullish (optimistas) en Davos fue el celebrado inversionista Ray Dalio, fundador y presidente Bridgewater Associates, uno de los mayores hedge-funds que administra la friolera de 120 mil millones de dólares, cifra equivalente a algo más de la mitad del PBI del Perú. Hay una frase suya que corrió como río de tinta en la prensa financiera: Te vas a sentir como un tonto si mantienes tu dinero en cash. Desde entonces, el espectro del regreso de la inflación, la escalada de la tasa de interés y la corrección bursátil de hace dos semanas le han hecho cambiar de opinión; ahora Dalio dice que la probabilidad de una recesión en los EE.UU. –antes de las elecciones de 2020– es 70% y que las bolsas están en fase pre-burbuja, que podría ir a burbuja y de ahí a una corrección brutal.

Las bolsas: en vísperas
Las bolsas: en vísperas

Bueno, pues es lo que he venido manteniendo en esta columna desde hace tiempo –o demasiado tiempo como me recuerda con ironía mi amigo Felipe Morris, que es un bullish consumado–. Las bolsas funcionan por rachas; cuando la racha es de subida, lo más probable es que siga subiendo y cuando de bajada, que siga bajando. Es un fenómeno en el que rige el momentum –la inercia– que tiene mucho de psicología e imitación: los menos informados entran a la racha (tarde) atraídos por las ganancias anteriores de los más informados. Y es así como las valoraciones –los índices bursátiles– se despegan del valor subyacente de las empresas. Despegue que puede llegar hasta una sobrevaloración del doble, nivel al que estaría ahora la bolsa (EE.UU.) según voces autorizadas (Shiller, Hussman etc.) que sería insensato descartar.

En la fase de burbuja, los más “listos” venden y los menos listos compran. Lo difícil –o mejor dicho: lo imposible– es acertar el momento preciso de cambio de racha. Pero ojo que los “listos” como Dalio sí que saben leer los presagios que lo anuncian. Y ahí parece que estamos, en las vísperas.