El BCRP reportó que la inflación de octubre fue de 0.08%. (Foto: USI)
El BCRP reportó que la inflación de octubre fue de 0.08%. (Foto: USI)

Es la que sienten los políticos por las malas ideas en economía, esas que han fracasado una y otra vez. No importa, porque el objetivo es subir en las encuestas y, si el engaño aguanta, conseguir varios puñados de miles de votos de los pregonados beneficiarios, pues muchos incautos se tragarán la perorata populista aunque, llegado el momento, pondrán la mano y no recibirán nada, por la sencilla razón de que llegarán unos cuantos “vivos” con billete y coimearán a los ídem administradores, con lo que el ente se irá pareciendo más a una chingana que a una oficina pública.

He mencionado en varias columnas el libro de la economista Lorena Alcázar y coautores de GRADE, titulado Las pérdidas en el camino (2003). Después de un análisis minucioso del programa Vaso de Leche, resulta que dos tercios de sus recursos no llegaban a los beneficiarios, niños y madres embarazadas o lactantes, y que, además, había municipios que compraban la leche 50% más cara que el precio en cualquier mercado. En otro episodio, Alcázar y equipo visitaron colegios de educación primaria y constataron que, en la mitad, había más trabajadores en planilla que los que asistían a laborar y que, en estos, el personal fantasma ascendía a la cuarta parte. En otro hallazgo, un quinto de los colegios registraban como gasto el pago de agua y luz, aunque no los pagaban. No sé si GRADE haya actualizado el trabajo de campo.

En “El agrorrobo” (https://peru21.pe/opinion/pronosticos-y-realidades-ricardo-lago/agrorrobo-413353), expliqué que, en 1992, hubo que liquidar el Agrario y otros bancos de fomento. En el informe del Banco Mundial que dirigí en 1989, calculamos que, durante la hiperinflación, el financiamiento del BCRP a estos engendros representó la mitad de la emisión de dinero.

Llegó Toledo y lo revivió con el nombre de Agrobanco, con la sempiterna soflama de que los pequeños no tenían acceso al crédito. Resultado: la mitad del dinero fue a parar a los grandes productores; dos tercios en mora; 400 operaciones fraudulentas.

Fue Bastiat quien definió al Estado como “la ficción en que todos tratan de vivir a costa de todos los demás”. Una exageración cuando nos referimos a países avanzados donde hay contrapesos institucionales que funcionan, pero una verdad como la copa de un pino en los subdesarrollados. Sin embargo, en los primeros, el contribuyente sabe, al menos, que con sus impuestos paga servicios de justicia, seguridad, salud y educación de razonable calidad.
Una vez más, quiebra Agrobanco y ¿ahora qué? Pues que “La mayoría de congresistas no quiere que se desactive el Agrobanco”, dice congresista de PpK; “Las razones de la crisis del Agrobanco no pasan por la institución en sí misma sino por quienes la manejaron”, según congresista de FP; y, finalmente, “Vamos a ampliar los clientes para que sean más los beneficiados, pero eso sí, le pedimos a todos que responsablemente honren sus compromisos para que esta institución sea fuerte”, señala el presidente; pues ¡ojalá!

De momento: bingo, otros S/400 millones para Agrobanco. Muerto, pero siempre mal enterrado.

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