Funcionario de la comuna señala que el problema de la basura es un problema heredado de la gestión anterior. (Foto: Ejército del Perú)
Funcionario de la comuna señala que el problema de la basura es un problema heredado de la gestión anterior. (Foto: Ejército del Perú)

Nuevamente el distrito de Villa María del Triunfo ve sus calles inundadas de basura. Montañas de desperdicios abundan en sus esquinas. Mientras el sol sale cada vez con más fuerza, más rápido se pudren los desechos y más apestoso e insalubre se vuelve el ambiente. Los vecinos cansados de esto: protestan, alertan a los medios y hasta queman la basura, pero no es suficiente pues siguen respirando malos olores e inspirando posibles enfermedades. Como siempre, el distrito se declara en emergencia y el Ejército sale a prestar ayuda.

La precariedad del municipio y la mafia que lo ha estado manejando permite que estas situaciones sigan ocurriendo. Los vecinos, por supuesto, son víctimas de la corrupción. Esta es una expresión concreta de cómo nuestra vida cotidiana se ve afectada por los ladrones que se hacen pasar por políticos y por los corruptos que se llaman funcionarios.

La ciudadanía harta de esto ha ido a tirarle su basura a la puerta de la municipalidad. No hay excusa que valga y menos aún que se argumente que es la transición de gobiernos o un asunto administrativo lo que genera el problema. Si a otra cosa hay que culpar, será a la incompetencia. Una vergüenza que debe ser investigada seriamente y que debiera generar responsabilidades y sanciones graves.

¿No es acaso negligencia el exponer a los vecinos a múltiples enfermedades? ¿No es acaso inhumano permitir que niños y bebés respiren ese hediondo aire? ¿No es acaso criminal permitir que la podredumbre destruya un distrito? Mientras no existan mecanismos que permitan sancionar la negligencia de los funcionarios y autoridades que generan tremendos problemas, seguiremos escuchando, periódicamente, las quejas de los villamarianos. ¿Será acaso que los vecinos podrán plantear sus propias soluciones?

Quizá una red de disposición de basura, separación y reciclaje de mano de los trabajadores de la basura independientes (segregadores), quizá una solución más simple y más barata que la que podría ofrecer la municipalidad. ¿Podrán organizarse tan bien que prescindirán de esos alcaldes y funcionarios incapaces? ¿Se imaginan que logren demostrar que no los necesitan? ¿Sería acaso una demostración más de la necesidad de ir eliminando los distritos? Quizá empezando por aquellos que existen pero es como si no existieran.

De hecho, la gestión articulada en un sistema de recojo y disposición final de la basura no necesita de fronteras que todo lo complican, sino de incrementar su escala y su alcance sin que las jurisdicciones determinen límites. ¿Quizá se puede soñar con una ciudad limpia –sin basura y sin corrupción– más pronto que tarde? Yo creo que sí. ¿Tú qué piensas?