(Planeta de Libros)
(Planeta de Libros)

Entre 1960 y 1970, el escritor sueco Lasse Berg y el fotógrafo Stig Karlsson visitaron distintos pueblos de Asia. Entre ellos, conocieron una pequeña villa india llamada Sajani. En su afán de documentar la pobreza que se sufría en esa parte del mundo, Berg y Karlsson fotografiaron las manos de Sattos, una pequeña niña de 12 años. La fotografía era reveladora: las arrugas y las palmas envejecidas de Sattos eran el resultado de una infancia dedicada a trabajar en el campo y cuidar a los animales. No de educación ni tampoco de las actividades de recreación que hoy asociamos con la niñez.

Varias décadas después, a inicios de los 2000, Berg y Karlsson retornaron al pequeño pueblo para documentar las condiciones de vida de las nuevas generaciones. Lo que vieron los sorprendió: el Sajani pobre que habían conocido había progresado y sus niños tenían ahora nuevas oportunidades. Como prueba, fotografiaron las manos de la hija de Sattos, una niña de 13 años cuyas palmas eran tan suaves y jóvenes como las de cualquier otro adolescente que ha podido jugar e ir a la escuela durante su infancia.

Esta historia, que para algunos podría representar solo un caso particular, es una muestra conmovedora de lo que ha ido ocurriendo en el mundo a lo largo de estas últimas décadas. Y, para que seamos conscientes de los enormes logros de la humanidad, el historiador sueco Johan Norberg ha escrito un excelente libro (Progreso, Editorial Planeta) en el que muestra con abundantes datos y estudios que la historia de la familia de Sattos es un ejemplo de un fenómeno mucho más grande.

En las poco más de 200 páginas que tiene este libro, Norberg nos explica diez razones para mirar al futuro con esperanza. Aunque personajes como Trump han ganado popularidad reviviendo viejos temores y cuestionando el “globalismo”, Norberg muestra con una gran cantidad de evidencia cómo la pobreza se ha reducido, cómo el analfabetismo se ha hecho más pequeño, cómo la esperanza de vida ha aumentado y cómo la libertad ha ido ganando terreno en el planeta.

Si tuviésemos que elegir la cifra más importante de nuestra historia reciente sería esta que con tanto esmero divulga Norberg: cada día durante los últimos 25 años, 138 mil personas han salido de la pobreza. Es decir, mil doscientos millones de personas han podido escapar de la pobreza en solo un cuarto de siglo. Si quieren otra noticia esperanzadora: desde 1950 hasta inicios de los 2000 las muertes por malnutrición en niños se han reducido en un 60%. Esto a pesar de que la población mundial no solo no se ha reducido, sino que se ha duplicado.

Cuesta, a veces, aceptar lo mucho que hemos avanzado cuando todavía queda tanto sufrimiento en el mundo. Cuando aún existen pobres, personas con trabajos precarios y niños que padecen anemia crónica. Sin embargo, si olvidamos cómo el comercio global y la mayor libertad han sido fuentes de un tremendo progreso, corremos el riesgo de caer en el peligro del populismo.

El libro de Johan Norberg es un perfecto antídoto para estos días en los que el nacionalismo, la xenofobia y el proteccionismo parecen estar ganando terreno. El progreso, después de todo, no es solo un sueño imposible. Es una tarea pendiente que le debemos a quienes, como Sattos cuando era niña, todavía no pueden acceder a las ventajas del desarrollo.

TAGS RELACIONADOS