Por muerte: Certificado de defunción de la víctima, DNI del familiar que lo representa. Certificado policial con los datos del accidente señalados en la ocurrencia policial respectiva. (Foto: GEC|  Giancarlo Ávila)
Por muerte: Certificado de defunción de la víctima, DNI del familiar que lo representa. Certificado policial con los datos del accidente señalados en la ocurrencia policial respectiva. (Foto: GEC| Giancarlo Ávila)

En el Perú, la palabra informal es la más común y satanizada de nuestro vocabulario. Y no es sorpresa, puesto que, para la mayoría de personas, ser informal es sinónimo de viveza, de estar por encima de las regulaciones para sacarle la vuelta a ley. Sin embargo, ese concepto de informalidad es erróneo.

El trágico incendio de un bus en el informal terminal Fiori y la expulsión de ambulantes informales de Gamarra ha originado que nos volvamos a preguntar cómo eliminar la informalidad. Ante aquella pregunta surgen las mismas propuestas de aumentar los permisos y las regulaciones para asegurar que haya un buen servicio. Sin embargo, deberíamos empezar por preguntarnos ¿por qué existe la informalidad?

La informalidad existe porque los costos de la formalidad son excesivos. Entre impuestos, permisos y regulaciones, el Estado, inconscientemente, incentiva a los ciudadanos a no seguir las leyes y normas que él mismo da. Puesto que hace imposible que una persona de bajos recursos pueda cumplir con toda la burocracia que se necesita para abrir un negocio. Pero que sea imposible ser formal no hará que esa persona de bajos recursos se quede sin trabajar, puesto que esa persona no dejará de alimentar a sus hijos solo porque el Estado no le dio permiso de emprender. Entonces, es así como surge la informalidad.

Por ello, si se quiere incentivar la formalidad, se debe de empezar por abaratarla; debido a que los altísimos impuestos y los excesivos permisos y regulaciones que esta representa encarecen los bienes y servicios, haciéndolos inalcanzables para personas de bajos recursos que, al no poder acudir a un caro establecimiento formal, tienen que recurrir a servicios más baratos que funcionan al margen de la ley y son extremadamente peligrosos, como el bus siniestrado de Fiori.

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