En una institución en que los ingresos superan a los egresos no puede haber falta de presupuesto para cosas que son consideradas actividades normales de cada dependencia. Lo que pasa es que esta gestión no ha priorizado bien los gastos y se ha preferido invertir en cosas que son políticamente correctas, como es el caso del programa Barrio Mío. Demoraron mucho en asignar el dinero a los entes que lo necesitan para su trabajo cotidiano. ¿Qué se debe hacer? Queda poco, porque esta administración ya prácticamente está de salida. Sin embargo, una de las medidas que podrían implementarse sería asignar recursos extraordinarios. También se podría reordenar el presupuesto y atender lo que es más urgente. No creo, por ejemplo, que haya habido un boom de certificados de operación de taxis y que, por esa razón, no se hayan podido emitir estos documentos. Si se quiere saber a dónde fueron a parar todos los recursos, lo único que hay que hacer es revisar el presupuesto de apertura. En este caso no creo que haya habido nada irregular ni malversación, que es destinar un monto a un fin diferente al que se encuentra estipulado. Si la señora Carmen Vildoso –gerenta de Desarrollo Empresarial– y la señorita María Jara –gerenta de Transporte Urbano– dicen que no hay dinero, es solo su opinión.