El presidente Martín Vizcarra participó en la supervisión de obras para los Juegos Panamericanos 2019 en VMT. (Foto: Difusión / Video: TV Perú)
El presidente Martín Vizcarra participó en la supervisión de obras para los Juegos Panamericanos 2019 en VMT. (Foto: Difusión / Video: TV Perú)

El enfrentamiento con el Congreso le ha dado réditos políticos al presidente Vizcarra. El otorgamiento de confianza, tras la última “pechada”, le ha hecho subir puntos en la aprobación, que estaba bajando. Casi a la vez surgió la mala noticia del nulo crecimiento de la economía en abril (0.02%). Por primera vez en 10 años (julio de 2009) se presenta esta coyuntura, la proyección del crecimiento baja del 4.2% estimado a 3%.

Las debilidades en el sector pesca y extractivos (minería e hidrocarburos) son imputadas como causantes del bajón. Las cifras de crecimiento no venían bien, no parece claro que la baja sea solo por temas de coyuntura externos (los metales con buenos precios y la guerra comercial no ha afectado mayormente).

Más allá del entorno internacional, hay una retracción en la inversión privada, retraso en la inversión pública y proyectos mineros que siguen trabados. Tía María, esperando luz verde, promete salir, pero aún está en espera. Las Bambas sufre paralizaciones y bloqueos; el conflicto aún no tiene soluciones definitivas y las comunidades aprovechan circunstancias para incrementar sus demandas. El Estado tiene un rol en conflictos y debe hacer respetar el principio de autoridad frente a comunidades y autoridades locales además de atender los reclamos justos y razonables. La presencia del Estado en la zona con servicios, infraestructura y seguridad es su obligación.

Un Plan de Competitividad con énfasis en infraestructura, como refiere Oliva, sería bueno, pero los resultados no serán de corto plazo (y quedan dos años de gobierno). Vizcarra habla poco de economía, (¿falta de voluntad política o desconocimiento?). Más temprano que tarde, las cifras podrían pasarle la factura.

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