Presidencialismo  de coalición
Presidencialismo de coalición

Columnista invitada:

Milagros Campos

El presidencialismo latinoamericano vuelve al debate. Arturo Valenzuela, director del Centro de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Georgetown, en una entrevista publicada el día sábado en el diario chileno La Tercera, refiere a tres crisis presentes que en mayor o menor medida se dan en la región: la de representación, la del Estado de derecho y la de gobernabilidad. Advierte de los peligros de personalizar la política y de la búsqueda de intereses particulares. Propone parlamentarizar el presidencialismo.

El Perú ya tiene un presidencialismo parlamentarizado. Este modelo busca generar incentivos para conductas cooperativas entre Ejecutivo y Legislativo así como evitar la concentración de poder. Sin embargo, si los partidos existentes no ven en la cooperación un elemento para la gobernabilidad democrática, la inestabilidad política puede ser recurrente. Herramientas como la agenda legislativa, conciliada entre Ejecutivo y Legislativo a través de sus grupos parlamentarios, fomentan el diálogo, la negociación política, la construcción de políticas públicas como una manera de entender la política y la transparencia, en la medida que se publique para el aporte de los ciudadanos.

El Perú también tiene la crisis de representación aludida por Valenzuela. La nuestra ha sido calificada por Tanaka, Cameron y otros como una democracia sin partidos. Un estudio reciente de Christopher Martínez encuentra que los partidos institucionalizados contribuyen a dar estabilidad a los presidentes. Allí hay una tarea pendiente: partidos representativos, no solo con representación. Las normas no pueden institucionalizar un sistema de partidos pero deben dar incentivos para evitar aventuras individuales.

Al menos veinticuatro partidos postularán a cargos en el próximo proceso electoral. Es difícil pronosticar algo en la cambiante política peruana, pero en un escenario de Parlamento fragmentado, reitero lo que sostuve haces algunas semanas sobre el voto de confianza en el Perú: mantener la presentación del gabinete y el debate pero eliminar el voto. Este no ha mostrado ser eficaz para construir coaliciones ni agenda legislativa sino para activar una posible crisis política al inicio del mandato o en el recambio. El Congreso siempre puede canalizar el descontento frente a un gabinete a través de una moción de censura.

En congresos fragmentados, con un Ejecutivo sin mayoría, la formación de coaliciones constituye la mejor manera de darle gobernabilidad al sistema político. Para ello se requiere que los partidos políticos y sus representantes en el Congreso quieran dialogar. Ello excede al diseño institucional.


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