Y no olvidemos las infaustas declaraciones del (inexplicablemente todavía) ministro de Transportes, Juan Silva, sobre la necesidad de hacer reajustes en el canal del Estado porque los golpea “como si fuera un canal extraño”. Tampoco olvidemos la obstinación del presidente en negarse a firmar las declaraciones de Chapultepec y de Salta, que establecen compromisos a favor de la libertad de expresión (respetar a la prensa, transparentar la información de los asuntos públicos de manera oportuna, permitir el libre ejercicio y movilización de los periodistas).