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Redacción PERÚ21

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Santiago Pedraglio,Opina.21spedraglio@peru21.com

Pero olvidan algo fundamental: Perú tiene, frente a Chile, un déficit de institucionalidad que a estos mismos políticos no les interesa apreciar ni, menos, valorar.

En Chile, la Concertación por la Democracia ganó 4 presidenciales seguidas, con 4 candidatos diferentes. Aquí, el Apra gobernó con un crecimiento superior al 6% y no pudo siquiera tener candidato presidencial (ni a la Alcaldía de Lima). En el Perú, la cultura política antiinstitucional y caudillista atraviesa a la derecha y a la izquierda.

Por eso hay que resaltar el empeño del PPC por fortalecer la institucionalidad política, superando la tentación de la angurria y el oportunismo. Esto se manifiesta en su apoyo al No. Es importante subrayar esta decisión del PPC en las actuales circunstancias porque perdió las últimas elecciones a la Alcaldía de Lima por menos del 1%. Con el criterio que acá se aplica por lo general para promover revocatorias y causas similares, el PPC –y la que fue su candidata, Lourdes Flores– debió haber estado entre los principales promotores del Sí.

Pero no; ahí no está el PPC, un partido que apuesta por la institucionalidad. Están un partido ansioso por volver a la alcaldía, Solidaridad Nacional, y otro, el Apra, que ni siquiera presentó candidato y que hoy pretende lanzarse como gran fiscalizador de la gestión municipal.

Esta conducta del PPC representa una renovación del quehacer político. Muchos hablan de una nueva forma de hacer política: pues bien, este es un ejemplo de ello. Más aún, habría que preguntarse si las corrientes de izquierda habrían apoyado a Lourdes Flores si ella fuera la alcaldesa de Lima y enfrentara un proceso de revocatoria similar al actual.