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Redacción PERÚ21

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Carlos Basombrío,Opina.21Ya en otros países, ante situaciones similares, se intentó lo mismo sin ningún resultado. Aquí también sería inviable y hasta contraproducente.

¿Tenemos miles de soldados sentados en sus barracas esperando ser convocados para esta tarea? No. Es más, hay una gran dificultad de captar suficientes efectivos para realizar las tareas que ya tienen. Recordemos el desesperado y fallido intento de restaurar un servicio militar obligatorio para los más pobres.Aún si ese impedimento no existiese de qué serviría tener en Lima una ciudad de 8 millones de habitantes, digamos unos 5,000 soldados desperdigados con armas de guerra.

¿Qué harían si vieran un robo? (Ocurriría muy pocas veces ya que los ladrones aprovechan los puntos ciegos que seguirían siendo cientos de miles). ¿Se les ordenaría disparar sus fusiles ante un grupo de pandilleros o de barras bravas?

Hay que entender que la inseguridad ciudadana y el crimen organizado requieren un enfrentamiento en múltiples frentes. Específicamente para hacer inteligencia, reprimir e investigar se necesita de una Policía que sepa, pueda y quiera hacer su trabajo. Combatir a un enemigo en una guerra es radicalmente diferente a garantizar la tranquilidad de los ciudadanos en sus casas y las calles.

No creo que el gobierno vaya a cometer este error. Por su parte, militares y policías saben que por allí no va la solución.

Pero, como se acerca una época electoral (en la que la demagogia llega al paroxismo) es importante evitar que el debate sobre seguridad sea sustituido por propuestas efectistas que no hacen sino retrasar los verdaderos cambios que urgen.