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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Tengo decenas, mentira, tengo cientos de ex alumnos en mi Facebook. Pronto serán miles. Se esparcen como un holocausto zombi. Los achorados me agregan ni bien comienza el ciclo, los vagos al llegar los exámenes finales y los tímidos cuando ya salimos de vacaciones. Yo los acepto a todos. A unos porque me caen bien y al resto porque mi editor dice que podrían ser futuros compradores de mis libros y no hay que desaprovecharlos. La vaina es que, al agregarlos, pasan dos cosas. La primera es que ellos descubren mi lado relax, mi vida cotidiana y mis delirium tremens. Esto no es tan grave porque, a diferencia de un profe de Cálculo o de Mecánica de Fluidos, la credibilidad de un profe de Literatura es directamente proporcional a su capacidad de hablar pastruladas.

Pero la segunda cosa que pasa –y que sí es grave– es que yo veo sus muros y descubro que todo lo que les enseñé en el ciclo se ha ido por el inodoro. Tanto leerles a Eielson y a Girondo para que sigan compartiendo frases de Acción Poética, csm. Y bien que les había dicho: carajo, la literatura no es una frase bonita en un gif que postean para que les den like sus amigos emos.

¡Tienen que leer los libros completos! Pero qué tienen que ver ellos con las metáforas y las sinécdoques. Ellos solo saben que es viernes y su poético cuerpo lo sabe. A veces sueño que todavía son mis alumnos y voy hasta su casa con un garrote para obligarlos a poner las tildes que les faltan a sus memes.

A punto estuve el otro día de corregirle todos los clichés que un salvaje le había posteado a su novia por su primer aniversario. ¡Por las huevas les di toda una clase de figuras literarias! He perdido la razón, lo sé. El Facebook ya no es mi salón de clases. Déjalos ser, me digo, son jóvenes, ya aprenderán.

Así que me voy. Pero sepan, pequeños engendros, que los sigo observando. Tal vez ya no con el lapicero rojo en la mano, pero sí con el mouse listo para bloquearlos si siguen posteando el video de Tongo cantando "Chop Suey" en vez de irse a leer a leer algo de Chéjov o de Sarduy.