Los resultados de la encuesta de Datum, que publicamos hace unos días, daban cuenta de una preocupante trepada en la desaprobación del presidente . Ayer fue Ipsos la que, en esa línea, ratifica la tendencia y confirma que la popularidad del mandatario ha sido golpeada severamente. Según el informe de la encuestadora, publicado en El Comercio, en solo un mes la popularidad de Vizcarra cayó 15 puntos porcentuales, pasando de 52% a 37%. A la par, su desaprobación se elevó de 24% a 48%.

Como lo mencionamos anteriormente, una de las medidas del gobierno que parecen haberle pasado la factura en su aceptación popular fue el incremento del Impuesto Selectivo al Consumo a los combustibles. En una nueva entrega de la encuesta de Pulso Perú, que difundimos hoy, se aprecia claramente que las personas no están de acuerdo con dicho aumento. Así, un 88% de encuestados siente que el ISC ha elevado los precios de los productos, lo que significa, en la percepción de los peruanos, que se tiene que gastar más en la compra de alimentos. Pero si uno va a las tablas de la encuesta, para analizar la opinión por niveles socioeconómicos, vemos que en el C, D y E la idea de que los alimentos subirán supera el 90%. Es precisamente en estos sectores donde más se golpea la aprobación presidencial. En el mismo sentido, el 57% de ciudadanos espera que el precio de los productos de primera necesidad se eleve en los próximos seis meses. Es decir, una relación directa ISC–aprobación.

Vizcarra tiene ese serio problema, ahorita, de pérdida de confianza, pero también otro de carácter político a mediano plazo, que es recomponer la relación con su bancada parlamentaria, que es la única que podría defenderlo frente a los diversos sectores que le achacan debilidad, falta de manejo, etc. Pero sucede que es la propia bancada oficialista la que ni siquiera está al tanto de lo que sucede en Palacio. Eso lo dejó en evidencia Gilbert Violeta cuando dijo que fue sorprendido por la repentina renuncia de David Tuesta al MEF. Ayer, Juan Sheput admitió que su bloque no tiene un vínculo cercano con los ministros. Dijo que necesita “una coordinación al más alto nivel” con las autoridades de gobierno. De continuar ese divorcio, es posible que ni siquiera las facultades delegadas las obtenga con solvencia.

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