A pescar...

Al inicio del verano, recordábamos en este periódico que llegábamos a la segunda temporada de pesca 2017, de modo muy similar al ambiente con el que llegábamos en el año 2010. Agua muy fría en nuestra zona de pesca que dificultaría la captura del recurso adulto.

Así fue. Al igual que en 2010, la temporada se fraccionó en dos ventanas de pesca y la captura fue limitada y concentrada en enero.

Al igual que en 2010; advertíamos que la secuela de La Niña costera de entonces fue un abundante (de hecho, el mayor hasta ahora) año de pesca 2011.

Pues bien, el clima y sus patrones parecen repetirse. IMARPE acaba de anunciar una biomasa previa a la temporada inicial de pesca de casi 11 millones de TM, 35% mayor a la del promedio 1994-2017 y 79% mayor que la del año pasado.

Se ha autorizado una cuota del 35% de la biomasa. Esto es algo más de 3.3 millones de TM. Casi la captura total de cinco de los últimos seis años. La excepción es 2011.

La abundancia de anchoveta es un impacto positivo de La Niña costera, como de hecho este fenómeno climático tiene muchas ventajas económicas. Clara diferencia con El Niño. 2018 puede ser un año estelar para la pesca.