Víctor Zamora, ministro de Salud. (Fotos: Minsa)
Víctor Zamora, ministro de Salud. (Fotos: Minsa)

La campaña contra el ministro Zamora con base en un video editado viene cargada del tinte político de quienes buscan pescar a río revuelto. Miren ustedes mismos quiénes la están promoviendo y saquen sus conclusiones. Si no han leído o escuchado la declaración completa de Zamora que armó el bolondrón, aquí está: “Tenemos algunas limitaciones en lo logístico y ético, nosotros hemos acompañado el esfuerzo del Colegio Médico para trasladar a los profesionales de la salud, pero, desde el punto de vista legal, constitucional, todos los profesionales son igual de ciudadanos que el resto de nosotros. Entonces, las decisiones éticas por las cuales se traslada a uno u otro son muy difíciles de tomar”. ¿Qué tanto puede molestar transparentar que tomar decisiones de vida o muerte es espinoso?

La reacción del Colegio Médico en esa controversia deja mucho que desear. Sobre todo la de su vicedecano, el Dr. Ciro Maguiña, quien abandonó el barco arrebatadamente agudizando las tensiones inevitables en un contexto como este, donde la muerte nos persigue. Decir que la declaración de Zamora los ha dañado es una susceptibilidad inaceptable. Maguiña prefirió poner el interés político individual sobre el bien común, dejándose llevar por un protagonismo confrontacional y dándole un espacio innecesario a quienes quieren ver que todo salga mal. Como si las cosas no fuesen ya lo suficientemente complicadas.

Es natural que organizaciones médicas y quienes más están sufriendo exijan soluciones inmediatas y ver la luz al final del túnel, pero, ¿de verdad creen que es mejor cambiar de ministro de Salud en este momento? Lo que no quita que Zamora afine rápido su puntería porque, en los últimos días, las directivas anunciadas por su sector sobre el grado de obesidad, la edad de la población vulnerable y el uso de guantes han sido erráticas, generando un desconcierto innecesario.