Martín Vizcarra y Evo Morales participaron en la reunión bilateral entre ambos países. (AFP)
Martín Vizcarra y Evo Morales participaron en la reunión bilateral entre ambos países. (AFP)

Considerando la relación que el Perú ha establecido con sus países vecinos en las últimas décadas, probablemente el vínculo con Bolivia ha sido el más débil. Esto resulta paradójico, pues la agenda bilateral entre ambos países incluye una serie de temas de gran importancia, sea en el campo de la cooperación o de la seguridad.

Por ello, el reciente Gabinete Binacional realizado en la ciudad de Cobija constituye un hito que podría significar el inicio de algo distinto. Los avances y el nivel de cumplimiento de lo acordado en las anteriores citas parecen demostrarlo. Además, se confirmaría que las diferencias económicas o ideológicas no deben imposibilitar el acercamiento entre dos países, más aun cuando existen intereses comunes que abordar.

Más allá del optimismo de las partes tras la reunión, la declaración conjunta hace énfasis en dos temas centrales. Por un lado, la relevancia del cuidado del agua y del medio ambiente, siendo central la preservación de la cuenca del lago Titicaca, tan descuidada en los últimos tiempos a pesar de la existencia desde los noventa de una Autoridad Binacional Autónoma.

Y, en segundo lugar, la integración entre ambos países, la misma que se traduce en la promoción de una mayor dinámica comercial. Para dicho fin, el desarrollo portuario y el Corredor Ferroviario Bioceánico resultan fundamentales.

Creer que Bolivia es un país de menor importancia en la región es un error. La realidad muestra lo contrario. No obstante, el compromiso del Perú se dará cuando ratifique el Protocolo Complementario de los Convenios de Ilo (suscrito en 2010 y modificado en 2012), el cual, constituyendo una herramienta clave para el futuro de la relación peruano-boliviana, se encuentra bloqueado en el Congreso peruano hace varios.

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