Perdón en democracia: Reflexiones
Perdón en democracia: Reflexiones

Por: Pablo Llona García Miró

El pedido de perdón de Graña y Montero a todos los peruanos por los delitos cometidos y el cambio de nombre anunciado a través de los medios de comunicación ha generado preguntas como ¿pedir perdón?, ¿cómo repararán el daño y cuánto van a pagar?, ¿volverá a pasar?

Primera reflexión: arrepentimiento, resarcimiento, justicia, perdón y reconciliación.

Si bien conceptualmente el pedir perdón indica arrepentimiento y el perdón es necesario para poder reconciliarse con la parte afectada; cuando se trata de delitos (en el caso de Graña y Montero cometidos en agravio del Estado, lo que ha afectado al país y sus ciudadanos) la reparación del daño causado es parte de lo que se entiende como justicia.

En un caso como el de Graña y Montero, donde después de acogerse a un proceso de colaboración eficaz pide perdón públicamente por los daños causados; al margen del arrepentimiento sincero que exista, decisión de colaborar con la justicia y medidas correctivas implementadas por la nueva administración como decisión de cambio, uno de los objetivos sino el principal de quien ha delinquido y aspira a un acuerdo de colaboración eficaz es poder obtener la máxima reducción de la pena. Siendo así, el premio en beneficios a quien delinquió debe ser proporcional a la ayuda que con información clave y elementos probatorios aporta como delator eficaz a la justicia.

Dicho esto, una cosa es perdonar y que se administre justicia aplicando la ley; y otra distinta es que los delitos queden impunes.

Como ejemplo conceptual de perdón y justicia en un delito está el caso del papa Juan Pablo II, quien fue herido de bala y perdonó a su agresor, a quien se le aplicó la ley; fue condenado y, posteriormente, luego del perdón del Papa, recibió el indulto y fue deportado. Este es un caso que evidencia que las valoraciones morales y sociales del perdón no son ajenas al derecho.

Segunda reflexión: Las instituciones del Estado, el rol de los medios de comunicación y el fortalecimiento de la democracia.

Cuando una empresa comete delitos contra el Estado Peruano que son parte y/o están relacionados con un megacaso de corrupción, hay por lo menos tres elementos del sistema democrático que se ponen a prueba: (i) la solidez e independencia de las instituciones del Estado y la debida administración de justicia, (ii) el rol de los medios de comunicación, quienes son los llamados a informar y orientar a la ciudadanía y estar vigilantes de tal forma que se salvaguarden los intereses del país (que para el caso pasa por informar cuál es el alcance del daño causado, a cuánto asciende el perjuicio económico, cuál es la reparación civil y qué medidas garantizan al Estado haber mitigado el riesgo de que casos de corrupción como estos se vuelvan a repetir), y algo elemental, (iii) el ejercicio del derecho de los ciudadanos a expresarse libremente.

Tercera reflexión: la justicia y la democracia.

La justicia fortalece el sistema democrático mientras que la impunidad lo debilita y sirve en más de un caso de argumento a manifestaciones políticas que, cuestionando el sistema de administración de justicia, proponen medidas antidemocráticas.

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