Estamos perdiendo la guerra por la vida

A pesar del conocimiento y la ciencia, pero con la complicidad de todos en nuestros hábitos, el planeta viene perdiendo la guerra por su supervivencia. Encuentro tres temas relevantes para la sostenibilidad de la vida: la temperatura del aire cerca del suelo, la limpieza de nuestros cuerpos de agua y la biodiversidad.

Pues bien: el consumo de petróleo se acerca a 100 millones de barriles diarios y no se detiene, el consumo de bolsas de plástico se estima en 160,000 por segundo y sigue creciendo como toda la producción de plásticos. Los cuerpos de agua siguen siendo el botadero final de gran parte de nuestros plásticos. La explotación de carbón aún crece. La degradación de suelos es imparable como, lo es la reducción del bosque tropical. Nada se detiene y menos revierte.

El sistema económico se sostiene en base al crecimiento de la población. No podemos detener la destrucción si seguimos aumentando el número de destructores. Compleja tarea.

Esta semana –y por eso esta columna– la concentración de CO2 en la atmósfera alcanzó 415 partes por millón por primera vez. Nos seguimos enclaustrando en un invernadero global que calienta irremediablemente el planeta y que conducirá a la extinción si no se detiene.