(Ministerio del Interior)
(Ministerio del Interior)

Las noticias de esta semana no dejan de indignarnos. Autoridades corruptas en todos los niveles de gobierno. Alcaldes, presidentes regionales y ex presidentes de la República, presos y en proceso de extradición.

Hoy, en medio de una crisis política de deslegitimación, me pongo a pensar en que no podemos perder la fe en la política. Aún hay gente buena en el gobierno que sigue trabajando a favor de todos los peruanos. Río Tambo es el distrito más grande del Vraem y uno de los más pobres. El 70% de la población es ashaninka y más de la mitad de los niños tienen anemia y desnutrición. Solo el 5% tiene cobertura de agua potable y, en algunas comunidades indígenas, se debe caminar más de 15 horas para llegar a ser atendidos en campañas de salud. En ese distrito he podido conocer a un alcalde emprendedor y con verdadero compromiso. Iván Cisneros no tiene ningún reparo en viajar un día navegando aguas arriba o aguas abajo para llegar a sus comunidades periféricas. Él no puede solo. Necesita de la ayuda de los demás niveles de gobierno y no se rinde. Es una de las personas más emprendedoras y concertadoras que he conocido. Empuja aquí y empuja allá para atraer más desarrollo de manera integral y articulada.

En el Vraem el verdadero enemigo es la pobreza y la exclusión social. Si no se combate eso, seguiremos teniendo actividades ilegales. Esta semana, Devida inauguró en Mazamari un local para estar más cerca de las comunidades y presentar oportunidades de desarrollo agrícola alternativo a la hoja de coca. Hoy la piña, el cacao y el café pueden ser la mejor arma para acabar con la pobreza, el narcotráfico y el terrorismo. Esto es una muestra de que aún hay gente que vale la pena en el Estado y de que no todo está perdido.

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