Paolo Guerrero
Paolo Guerrero

El lunes llegó la peor noticia, nuestro capitán fuera del Mundial, estrepitosa derrota de sus abogados, sanción ampliada a catorce meses. Desconcierto, desazón, ira, declaraciones en caliente, todo oscuro. El martes llegó Paolo a Lima, y en un tono menor declaró contra el hotel y la FPF. En paralelo, en la Videna cada vez más jugadores se sumaban a entrenar.

El miércoles habló Gareca y empezó a cambiar todo. Dijo lo justo, protestó enérgicamente por la injusticia cometida. Explicó lo del hotel. Reiteró su fe en el plantel. Detalló algunas ausencias, entre líneas dejó lecturas con nombres propios. Trajo calma, paz y se mostró como ese gran líder que tenemos.

Para el jueves, cuando parecía que llegaba la resignación, Paolo se acercó a la FPF, tendió puentes y como resultado logró algo impensado. Mañana se reunirá junto a Oviedo con el presidente de FIFA. El sábado se sumaron Farfán, Carrillo y Hurtado a entrenar y hoy se espera al grupo completo. Ayer, FIFPro sacó un comunicado contundente: pide que Guerrero juegue el Mundial. Su lucha y perseverancia sigue sumando aliados.

Una semana llena de rumores y conflictos. Lo opuesto a lo que nos llevó al Mundial. Solo unidos, apoyando a los que están y acompañando a Paolo en su conmovedor esfuerzo por demostrar su inocencia y jugar el Mundial.

Nadie a estas alturas puede asegurar que será posible, todos lo queremos, pero si esto no ocurre, tenemos que concentrar la energía en los 23 que se merecen todo nuestro aliento.

El Mundial lo vamos a jugar todos, que la injusticia no nos desvíe del objetivo soñado. En Videna, Gareca y su equipo no se distraen, no pierden tiempo en lamentos. Los hinchas no dejemos que situaciones externas que no podemos controlar nos alejen del equipo. La clasificación fue un esfuerzo de todos. Nunca olvidemos la frase de cabecera de esta selección: todos unidos somos más importantes que uno solo.