Entre las modificaciones que buscaba el consorcio, se encontraba la de crear un almacén de concentrados de minerales. (Foto: Facebook Terminal Portuario Paracas)
Entre las modificaciones que buscaba el consorcio, se encontraba la de crear un almacén de concentrados de minerales. (Foto: Facebook Terminal Portuario Paracas)

La obra del Terminal Portuario de Paracas, que pondrá en grave riesgo a la fauna y el turismo en la que es una de las reservas naturales más valiosas que posee nuestro país, no se ha detenido y está a la espera de la apelación del fallo en contra que en febrero último recibió del Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace) respecto a su ampliación para el manejo y almacenaje de minerales.

Perú21 ha informado ampliamente sobre el caso. La cuestionada concesión que obtuvo la empresa Terminal Portuario General San Martín (TPGSM), en 2014, durante el gobierno de Ollanta Humala, para ampliar el puerto que ya existía en el área e incrementar la capacidad de movimiento de contenedores (con productos a granel agrícolas y agroindustriales), no tardó en poner en evidencia su verdadero objetivo, al tratar de incluir luego el transporte de minerales y su almacenamiento entre sus actividades prioritarias, modificando así el Estudio de Impacto Ambiental que presentó inicialmente.

Actualmente, manejan 1.7 millones de toneladas al año. A 2021 se espera llegar a 2.5 millones de toneladas y, en forma gradual, estiman alcanzar 4 millones de toneladas por año.

El Ministerio del Ambiente está a la expectativa, a la espera también de la nueva resolución del Senace, pero la campaña del consorcio no ha cesado, en el fondo alegando que solo un tramo mínimo de la reserva sería afectado, lo cual es falso.

Sostener que la circulación intensiva de maquinaria pesada y la construcción de un almacén de minerales no va a afectar a los animales silvestres y al entorno natural de una zona, la Reserva Nacional de Paracas –admirada en todo el mundo y, por ello mismo, uno de los atractivos turísticos más importantes del país–, es querer tapar el sol con una pepita de oro.

El negocio del transporte minero tiene hoy por hoy una rentabilidad innegablemente mayor que la de la pesca y es lógico que despierte toda clase de apetitos. Esperemos que las autoridades del Senace y el Ministerio del Ambiente estén conscientes de la importancia de preservar esta área natural protegida. Que no se les eclipse la razón.