Desde Tacna, el presidente Pedro Castillo dijo que es inocente de los actos de corrupción que se le imputan | Foto: Presidencia Perú
Desde Tacna, el presidente Pedro Castillo dijo que es inocente de los actos de corrupción que se le imputan | Foto: Presidencia Perú

La cárcel debe de ser una de las experiencias más duras que pueda vivir un ser humano, porque no existe valor más preciado que la libertad. Por eso impresiona lo que viene aconteciendo con la hija-cuñada del presidente Castillo frente a la medida tomada por el juez Jhonny Gómez de aprobar el pedido fiscal por 30 meses de prisión preventiva.

Que quede claro que la medida es acorde a ley y, lamentablemente, las acciones previas corroboraron los supuestos en los que el juez se basa para dictar esta medida, porque fue justamente la obstaculización a la justicia desde Palacio que determinó la decisión judicial.

Aquí el único responsable de todo este desmadre es Pedro Castillo, porque permitió que su propia familia se involucre en todos estos tinglados de corrupción.

Castillo debió de haber sido determinante con su familia para que no se metan en asuntos de Estado y de gobierno y mucho menos en actos de corrupción, pero se entiende que él mismo auspició este tipo de actividades ilícitas, al extremo de que, al parecer, las incentivaba con total impunidad.

En Palacio debió de haber sido un golpe duro en la familia, que debe estar generando reproches y reclamos evidentes, porque se entiende que, si es realmente su hija, un padre no podría exponer de esta manera a los hijos.

A sabiendas de que el presidente tuvo la oportunidad de buscar una estrategia inteligente para una sucesión de mando, que le habría evitado llegar a estos extremos, sabiendo su responsabilidad en los actos de corrupción. Suena a impunidad, porque es peligroso ser condescendiente con la corrupción, pero la hipótesis de negociar su salida con los otros poderes del Estado le habría evitado este trago amargo.

Probablemente en las próximas semanas el alcalde de Anguía se acoja a la confesión sincera, todavía tiene la oportunidad, pero eso significaría el fin de Castillo y condena de la familia presidencial, así que recién empieza el drama en Palacio.