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[Opinión] Richard Arce: Chantaje político

“El mensaje es sencillo de descifrar para Castillo, porque Cerrón todavía tiene los votos en el Congreso y ante una posible acusación (...), es imperiosa la necesidad de contar con el respaldo cerronista”.

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El comunicado que ha publicado Perú Libre exigiendo al presidente Pedro Castillo la renuncia a su militancia partidaria ha removido las entrañas de la izquierda radical porque, evidentemente, es una muestra de las miserias de estos aventureros políticos, a quienes no les importa nada más que la repartija y el cuoteo en el poder.
Este comunicado desnuda las angurrias de Vladimir Cerrón, quien aparenta demostrar un deslinde con el desastre de este gobierno para buscar algún rédito político y, tal vez, evadir las responsabilidades penales que acarrearía los procesos judiciales que van a enfrentar, que incluye la acusación del partido político como una presunta organización criminal.
Cerrón en sus delirios esta acostumbrado a manejar su feudo partidario como un cacique, donde impone sus decisiones y ajusta cuentas con los disidentes, un dictadorzuelo capaz de todo para lograr sus objetivos, así sean vedados.  Así consolidó su poder en el Gobierno Regional de Junín, a pesar de que fue defenestrado.
Pero hay que tener mucho cuidado a estas jugadas de Cerrón. Ya hemos sido testigos de sus ajustes de cuentas, primero con la expulsión de Dina Boluarte y después con la venganza contra la exministra Betssy Chavez en el Congreso.
Este tipo de mensajes tienen un trasfondo para exigir al Gobierno las cuotas de poder que supuestamente les corresponde. No están contentos con los impresentables que han puesto de ministros y en diferentes direcciones claves. Al contrario, exigen mayor presencia en la repartija del poder. Se sienten con derecho.
Y el mensaje es sencillo de descifrar para Castillo, porque Cerrón todavía tiene los votos en el Congreso y ante una posible acusación constitucional, por no haber declarado ante la Comisión de Fiscalización, es imperiosa la necesidad de contar con el respaldo cerronista para evitar su destitución. Así que el que no iba a ser ni portero, ahora exige más cuotas de poder.