[Opinión] José Luis Gil: Goles y democracia. (Foto: Presidencia de la República)
[Opinión] José Luis Gil: Goles y democracia. (Foto: Presidencia de la República)

Aún no salimos de la algarabía por ver al seleccionado nacional dando triunfos y esperanzas a los peruanos que tendremos un cupo al Mundial Qatar 2022. Como siempre, en época de eliminatorias mundialistas aflora el tradicional “sufre peruano sufre”, tanto por si logramos la meta o por haber sido eliminados. Seguramente cientos de peruanos viajarán a Qatar, donde se definirá nuestro pase a la tan ansiada competencia.

El otro “torneo” importante, el político, parece no gozar de la misma pasión futbolera para defender al país de los peligros que la acechan. Las batallas que hoy libramos en el terreno político, como en el fútbol, no serán fáciles para ellos ni para nosotros. Los goles y las expresiones populares de protesta contra el régimen son parte de esa lucha que no debemos abandonar ni separar.

En este lado de la cancha política, persistimos en la línea argumentativa que venimos sosteniendo sin tregua (con razones y evidencias), en el sentido que Pedro Castillo es operador funcional del Movadef (SL) y que este gobierno está comprometido seriamente con el radicalismo de izquierda y con operadores del socialismo internacional infiltrados en nuestro territorio. Mala jugada, tarjeta roja grita el venerable demócrata.

El juego sucio de la corrupción y el delito no deja de sorprendernos por su omnipresencia en el “área chica” en la que están familiares, paisanos y los nuevos amigos del inquilino de Palacio, quienes han metido los “fouls” que les ha dado la gana y se han llevado “en carretilla” todo lo que han pedido. El “foul” a la democracia no lo ven los “observadores” y los del “VAR” parece que están comprados o tienen miopía crónica o son de la misma calaña que los facinerosos.

Y ya fuera del relato futbolístico de la democracia, tenemos que decir que ameritan una seria actitud, unidad nacional frente a quienes hoy se carcajean y blanden sus pequeños triunfos basados en alianzas pegadas con mocos y babas de la corrupción. No olvidemos que el error más grave del que se aprovechan los conspiradores contra la libertad y la democracia es la ignorancia de líderes y dirigentes que se niegan a entender que la lucha entre nosotros, los demócratas y liberales, no es el camino.

Por eso les decimos a quienes hoy se juegan por la democracia (o deben hacerlo) que no se puede amar más a sus organizaciones políticas, movimientos o colectivos que al país. Invocamos a los peruanos, a la hinchada de bien, para que el triunfo del seleccionado peruano en el Nacional, así como la legítima esperanza de abrazar la Copa Mundial en Qatar 2022, no opaquen las luchas por la democracia ni nos hagan olvidar que vamos cayendo en el abismo. Que los goles del Perú no se pierdan en las redes del socialismo y el comunismo rampante. ¡Que viva el Perú!