[Opinión] Richard Arce: ¿Quiénes atan los zapatos del presidente? (Foto: Twitter)
[Opinión] Richard Arce: ¿Quiénes atan los zapatos del presidente? (Foto: Twitter)

La imagen es repulsiva para cualquier ciudadano, más aún en un país donde hay mucha hipocresía con el clasismo y racismo –problemas estructurales aún vigentes en el bicentenario– porque hay un sector importante que se indigna selectivamente con cada denuncia pública de esta naturaleza, pero evitan abordar el problema con responsabilidad.

Un socialista no podría tolerarlo. Hemos sido muy críticos con el abuso y la herencia colonial del servilismo, que inclusive en determinadas etapas de nuestra vida republicana llegaron al extremo.

Ver a dos policías de la seguridad presidencial atando los pasadores de los zapatos del presidente nos ha vuelto a interpelar como sociedad, y las redes sociales nos han enrostrado nuestras miserias. Lo más grave ha sido los malabares mentales desde el Gobierno para justificar este hecho vergonzoso, que solo ha ayudado a confirmar la mendacidad del presidente.

Dejemos un rato lo anecdótico del hecho, sin dejar de valorar la potencia que tienen los gestos en política. El título de este artículo interroga, para saber quiénes son realmente los que amarran los zapatos del presidente entendiendo que normalmente es una práctica con los niños que están desarrollando su motricidad fina.

La analogía es real. Tenemos un presidente que en sentido figurado es prácticamente un niño, por todo lo que representa su Gobierno –que quede claro que no es inimputable– demostrando una impericia para gobernar y negligencias hasta para cometer actos de corrupción. Así de duro y cruel.

Siguiendo la analogía puedo afirmar que, los dos policías que siempre están prestos a amarrar los zapatos del presidente, son Aníbal Torres y Alejandro Salas que, en vez de orientar al presidente, han tenido este tipo de actitud servil por meses, al extremo de avalar los actos de corrupción en Palacio.

A ver si ahora, ante tanta desidia para salir de esta crisis, dejan al niño que asuma sus responsabilidades y entiendan los perjuicios que están ocasionando.