Caos y desgobierno

“El caos social se hace patente ante la lenidad de un gobierno que continúa sin brújula, extraviado entre escándalos de corrupción y un gabinete, que ni a la sombra ni a la luz del día logra dar pie con bola”.
Caos y desgobierno

Desde el último fin de semana el país entero viene siendo testigo de violentas movilizaciones sociales contra el gobierno en casi todas las regiones. Han confluido plataformas de distintos sectores productivos que reclaman tomar acción frente a los serios problemas de inflación (alza descontrolada en los precios de los productos alimenticios) y la subida de los combustibles.

Lo que comenzó con una medida de fuerza del gremio de transportistas de carga pesada, gracias a la ineptitud del gobierno, y especialmente la del presidente Castillo, ha degenerado en una peligrosa escalada de bloqueos de carreteras, disturbios callejeros, ataques a instalaciones del Estado y hasta episodios de saqueos que han atemorizado a la población y llevaron incluso a una apurada suspensión de clases presenciales en los colegios.

El caos social se hace patente ante la lenidad de un gobierno que continúa sin brújula, extraviado entre escándalos de corrupción y un gabinete, que ni a la sombra ni a la luz del día logra dar pie con bola. Luego de 8 meses de gestión, la credibilidad y liderazgo de Castillo están por los suelos.

Y de tan clara falta de autoridad se aprovechan extremistas y grupos inescrupulosos como el de los transportistas informales, que no contentos con manejar a su gusto el MTC –que el Ejecutivo les entregó en bandeja creyendo que así se los metía al bolsillo– también pretenden sacar su cuarta en medio del desorden con exigencias tan desproporcionadas como delincuenciales, tipo la desaparición de la Sutran o que les borren sus papeletas.

El descontento social ante la torpeza de un presidente que prefiere ir a una ceremonia de condecoración en lugar de acudir a donde las papas queman, se ha desbordado, poniendo en riesgo la propiedad privada, la seguridad de la ciudadanía y la economía del país, pues todas las paralizaciones tienen un costo. Y si piensan que el descalabro se detendrá con solo decretar estado de emergencia en las zonas donde la población se ha levantado, como amenazó ayer el ministro de Cultura, el gabinete sigue en Babia. Al parecer, Torres y compañía ni siquiera se han enterado que Moody’s, la conocida calificadora internacional de riesgo, acaba de expresar, en un informe reciente, sus dudas de que Castillo logre acabar su período de gobierno.

La sensación de descalabro es, pues, generalizada.

Tags Relacionados:

Más en Opinión

“El mundo informal minero en disputa”

[OPINIÓN] Iván Arenas: “El mito de la ‘licencia social’”

“Amparitis aguditis”

“Un Congreso que es una cachetada a la pobreza”

Aumento que resta

“No más bullying”

Siguiente artículo