(Foto: César Campos/@photo.gec)
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Cincuenta y cinco cambios ministeriales en los 10 meses de Pedro en la Casa de Gobierno. El “buen Pedro” anuncia que vienen más. Calma, parece ya un deporte favorito para mantener el círculo vicioso presidencial y la sobrevivencia política.

Hace más de 90 días que Pedro Castillo respondió preguntas a un periodista. La última vez, con Fernando Rincón de CNN, salió muy mal parado. Tanto que no ha vuelto a hablar con ningún otro periodista, ni al paso. Pedro, el presidente, dice que su único vocero es Aníbal Torres, a quien muchos piden cambiar por su afán permanente de confrontación. Sin embargo, para Pedro Castillo, Aníbal es el protector en quien confía para defenderse de las profusas acusaciones que hay sobre su incapacidad de ejercer el liderazgo para solucionar los verdaderos problemas del país.

Los recientes audios entre Pacheco y Villaverde, con cargo a que la Fiscalía verifique su veracidad, evidencian una intención de repartijas vomitivas de los presupuestos del Estado en el MTC y en Vivienda.

Durante la entrevista con la historiadora y diplomática Carmen McEvoy, confieso, de las más satisfactorias de los últimos tiempos, ella aseguró que el presidente Castillo “es una ficción”. Lo que añado, con modestia, es que esa ficción o ese simulacro permanente provoca mucho daño en la vida real de millones de ciudadanos peruanos que mantienen una indignación silenciosa, una indiferencia brutal ante los yerros económicos, sociales y políticos que, en algún momento, puede desencadenar tal erupción emocional que convierte la realidad del país en una pesadilla peor e infinita, con consecuencias impredecibles.

Por último, la presunta infracción constitucional en la que habría incurrido la vicepresidenta y titular del Midis, Dina Boluarte, podría cambiar el tablero entre los poderes del Estado. Clave va a ser la elección del nuevo presidente(a) del Congreso en julio próximo. Si por destino o votos Pedro Castillo se queda sin su única vicepresidenta, la flecha constitucional apunta directamente a la cabeza del Legislativo.