[Opinión] Richard Arce: Pelea de muertos. Foto: archivo Presidencia
[Opinión] Richard Arce: Pelea de muertos. Foto: archivo Presidencia

Ayer el gobierno de Pedro Castillo ha tenido un duro revés en sus pretensiones de querer disolver el Parlamento, después de su intentona de una supuesta denegatoria del voto de confianza, que terminó con la renuncia del gabinete Torres.

En pleno debate de la admisión de la vacancia presidencial, se publicó la resolución del Tribunal Constitucional, que le otorga la acción de amparo al Congreso, sobre las pretensiones del gobierno de disolver el Parlamento; en consecuencia, legalmente ya no puede interpretar una siguiente denegatoria de confianza, como la puerta para la disolución del Congreso.

Entonces, ahora el Congreso se encuentra blindado y podría accionar los mecanismos constitucionales para arrinconar al Ejecutivo –si es que tiene la prestancia y se pone a la altura de la historia– porque hay suficientes evidencias de los actos de corrupción en el que está involucrado el presidente. La Fiscal de la Nación ha desarrollado en la denuncia constitucional más de 190 medios probatorios.

Por todo ello, con un poco de experiencia política era notorio evidenciar la negligencia cometida por el Ejecutivo, para pretender disolver el Congreso, sabiendo del blindaje legal que ya tenía como un corsé en los alcances del procedimiento de una cuestión de confianza, por tanto, era inviable jurídicamente.

Pero se envalentonaron con la narrativa política y sobre todo con la interacción con un Congreso pusilánime y medroso, pensaron que tenían controlado la respuesta del Legislativo y ahora no les queda otra que presentar ramas de olivo y exhortar el diálogo.

Más allá de esta lucha fratricida, ambos poderes ya están desacreditados ante la ciudadanía y se ha llegado a una situación insostenible en la gobernabilidad del país, por tanto, que no canten victoria ninguno de los poderes del Estado, porque ambos inexorablemente terminarán liquidados.

La única buena noticia es que ayer se aprobó en la Comisión de Constitución el proyecto de Ley de adelanto de elecciones; una luz al final del camino.