[Opinión] Mónica Delta: ¡Cambio y fuera!

Pedro Castillo ha comenzado a reunirse con los congresistas que lo salvaron de una eventual vacancia. También ha recibido a algunos empresarios del sector hidrocarburos quienes han salido optimistas; veremos si dura.

Sin embargo, las preguntas sin respuestas al presidente siguen intactas. ¿Cuánto más durará la evaluación de su gabinete? ¿Debe salir la primera ministra Mirtha Vásquez luego del patinazo de las operaciones de cuatro minas en Ayacucho? ¿El ministro de Energía y Minas está fuera de las negociaciones? ¿Cuántas minas más suspenderán operaciones por falta de garantías jurídicas y sociales? ¿Cómo pedir facultades para subir los impuestos en el sector minero sin lograr acuerdos mínimos con las comunidades cuyas expectativas están exacerbadas desde la era Bellido y Vásquez, a quien consideran en contra de este sector estratégico?

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Y el ministro de Educación, ¿dónde está? ¿Qué piensa el presidente sobre un retroceso en la reforma universitaria y que se debilite a la SUNEDU? ¿Está al tanto de que congresistas con evidentes conflictos de interés impulsan dos proyectos para que se regrese a épocas pasadas con una todopoderosa Asamblea Nacional de Rectores? ¿Está consciente Pedro Castillo de que aquellas universidades privadas de costos menores y afán de lucro no ofrecían, ni mínimamente, estándares de enseñanza e investigación académica? ¿Tendrá la entereza de observar ese intento del Congreso? ¿Cuándo desterrará el secretismo y la nula disposición a responder por los escándalos cercanos a su círculo?

Ha postergado su testimonio ante la Fiscalía en torno a los “visitantes de Sarratea” sobre los que cada vez se conocen más detalles que lindan con lo delictivo. La Procuraduría ha llamado la atención de que en la lista enviada de concurrentes hay varios que no aparecen por lo que dista de ser satisfactoria. No ha dicho ni pío sobre el sobrinísimo, tampoco sobre su diligente exsecretario Bruno Pacheco y los miles de dólares encontrados cerca del baño de Palacio. Espera, como en todo lo demás, que pase el tiempo y que nos olvidemos del asunto preconizando necesidad de “unión” sin antes transparentar su posición.

No apele a los discursos de victimización cuando se le inquiere sobre hechos cuestionables. Eso, aburre y no le sirve. Insistimos, presidente, es necesario que usted nos diga sinceramente cuál es su ruta, a quiénes va a cambiar (deberían ser varios) y si sabe a dónde vamos.

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