(Foto: MTPE)
(Foto: MTPE)

La censura de esa pésima ministra de Trabajo que ha sido Betssy Chávez y el descrédito merecido por una sanción de la misma PUCP por plagio al exmagistrado del TC Eloy Espinosa-Saldaña constituyen dos muy buenas noticias.

Betssy le generó una pérdida descomunal al sector turismo y unas incomodidades tremendas a muchos viajeros con su deplorable manejo de la huelga de controladores aéreos en plena Semana Santa.

Y, aconsejada por su entonces muy radical director general Aguinaga, se ha tirado abajo la tercerización laboral, ha subido el salario mínimo porque le dio la gana, quería engullirse Servir y estaba tratando de imponer un Nuevo Código Laboral sin la participación del Consejo Nacional de Trabajo (hasta la OIT le llamó la atención por eso).

Hasta un plagio de tesis arrastraba. Bien botada. Pero sería trágico que Indira Huilca le reemplace (ojo que ese falso valor de Susel Paredes votó en contra de la censura a Betssy).

Y la sanción a Eloy es de justicia divina. Este señor hizo mucho daño en el TC, donde instaló una mayoría (con la comunista Ledesma, Miranda y Ramos) que sirvió a los intereses de la caviarada y de Vizcarra, santificando el golpismo de este último.

Además, este señor se presentó ante el Congreso, al candidatear para el TC, como “doctor” por la Universidad de Buenos Aires cuando no lo era. ¡Y no pasó nada! Su colega Sardón hacía eso y le crucificaban. Pero la PUCP se ha pasado de cobarde y calculadora.

Cobarde porque no sacó esta sanción sino hasta cuando Eloy dejó de ser TC. Y calculadora porque sabían que si la anunciaban antes, Eloy tenía que renunciar al TC y la caviarada perdía a su paladín allí. Igual, Eloy debió ser expulsado y no solo suspendido dos semestres. La salud le falla y ojalá se recupere. Pero, con esos antecedentes de plagio y falso doctor, ya está listo para ser ministro, secretario de Palacio o embajador de este gobierno.