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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Si tan solo pusieran el mismo entusiasmo en construir que en destruir y paralizar…

Si se preocuparan por la anemia con el mismo afán que ponen a combatir la obesidad…

Si les angustiara la falta de rendimiento escolar igual que les aterra que les digan a los niños que todos tenemos derechos…

Si usaran el Twitter un poco menos y leyeran un poco más sobre las cosas que alegremente opinan…

Hace falta que Congreso y Ejecutivo cambien sus prioridades para que el Perú retome el optimismo con el que comenzó este periodo de gobierno.

Sin importar las simpatías iniciales, la población no está contenta ni con uno ni con otro; finalmente, tanto Peruanos por el Kambio como Fuerza Popular tenían la oportunidad de desarrollar una agenda de crecimiento y bienestar. Prefirieron, sin embargo, hacer exhibiciones de poder, bloqueando cualquier iniciativa que viniera de la otra parte.

Gran parte del problema se origina en la actitud de los jefes de cada partido: PPK perdió la oportunidad que daba la reunión promovida por el Cardenal para conversar sobre una agenda conjunta, buscando coincidencias entre los planes de ambos partidos. Keiko, después de ese primer intento, se ausentó. No solo dejó de aparecer, sino que el comportamiento de su bancada no respondía a lo que el Perú requería. Ambos dejaron que otros les pusieran la agenda: desde partidos con escasa representación en el Congreso hasta asesores poco conciliadores en el Ejecutivo.

Se presenta una nueva oportunidad para que ambos se reconcilien… con sus votantes. Y ojalá que entre ellos también.