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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Siendo 'cuatro gatos', los representantes del Apra en el Congreso actuaron como una bancada y tuvieron claro liderazgo.

Paradójicamente, al presidente de la República, Ollanta Humala, le tocó empezar 'pastoreando gatos' y terminar entonando la canción infantil 'Yo tenía diez perritos'.

Generalmente son los candidatos a la presidencia del país quienes dan la oportunidad para ser congresistas.

Siendo así, ¿no deberían asumir alguna responsabilidad respecto al nivel y comportamiento de los congresistas que nos 'colocan' por cinco años? ¿No deberían, desde el momento de la selección, ocuparse de que vayan aquellos que realmente comparten, al menos, sus principios fundamentales?

Esta vez, Fuerza Popular es la mayor fuerza en el Congreso. Si actúa de manera organizada, sobre la base de una agenda que responda a objetivos que contribuyan al desarrollo del país, bien podría demostrar que es un partido que trasciende a los nombres. Para ello, se necesita que su presidenta se involucre, dirigiendo, y monitoreando.

Paralelamente, esfuerzos como los de Transparencia permiten al ciudadano ejercer un control permanente sobre el desempeño de los congresistas y hacer presión para que estos cumplan con sus electores.

Este proceso electoral ha hecho evidente la necesidad de una reforma. Hay una propuesta elaborada por Transparencia que, estando todavía fresco el recuerdo de los sinsabores de la última etapa de la campaña, debiera ser uno de los primeros puntos de agenda.

¿Qué hubiera pasado si la elección parlamentaria se hubiera dado después de la segunda vuelta? ¿Cuál hubiera sido el resultado si la segunda vuelta se hubiese dado tres semanas después de la primera?

Por lo pronto, hubiera habido menos heridas abiertas y, tal vez, mayor predisposición a conciliar…

Y los peruanos no estaríamos tan hartos de la política.