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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

En la Edad Media, una de las pocas oportunidades de entretenimiento las daban los castigos públicos que el pueblo acompañaba y celebraba burlándose, escupiendo o lanzando objetos contra los sentenciados. Muchas veces estos habían sido acusados, injustamente, por algún vecino a manera de venganza o para apropiarse de un bien que el acusado poseía.

Luego de muchos siglos, el populacho sigue participando de las condenas y juicios, especialmente políticos. En los últimos meses de la campaña, en lugar de concentrarse en promover a un candidato, un grupo salió a amenazar con impedir la asunción de otra si, democráticamente, en las urnas y por mandato popular, era elegida.

Un muy buen amigo mío está en la cárcel desde hace un año, sin que haya denuncia alguna contra él, y solo porque sería impopular dejarlo libre. Y es posible que su futuro y su libertad, también dependan de "la plaza" antes que de la ley.

Hace días, el Congreso eligió a los tres miembros del directorio del Banco Central que les corresponde nombrar. De inmediato, salieron a despotricar los representantes del Frente Amplio, expertos en protestas, paros, movilizaciones y desestabilización. De hecho, ya varios pulpines lograron colocarse en los medios, gracias a una prensa que generosamente ofrece los mejores espacios a quienes más escándalo (ergo ráting) puedan generar, sin importar las consecuencias (es la única explicación que puedo encontrar a la promoción permanente de Mendoza, Arana y Glave).

El profesionalismo y calidad del directorio del Banco Central está garantizado con todos los nombramientos realizados; dicho por su propio presidente. Es una de las pocas instituciones en el Perú que no solo ha preservado su autonomía, sino también su calidad.

Hablemos del Poder Judicial, salud, educación e infraestructura. Y también de la reforma electoral.