César Villanueva sustenta pedido de facultades en el Congreso. (César Campos/Perú21)
César Villanueva sustenta pedido de facultades en el Congreso. (César Campos/Perú21)

César Villanueva continúa inspirando desconfianza y va quedando claro que su papel como promotor de la vacancia de PPK nunca fue desinteresado.

Las veces que juró que no aceptaría cargo alguno en el Ejecutivo, mucho menos la responsabilidad de ser el presidente del Consejo de Ministros luego de la transición, mintió. Y ahora, su ausencia el día en que el Congreso aprobó la norma que el presidente de la República calificó como “ley mordaza” ha sido una deslealtad más.

Una más porque es pronto para olvidar cuando dejó sin piso al ex ministro de Economía, David Tuesta, sobre la base a partir de la cual estaba evaluando aplicar el Impuesto a la Renta. O cuando aceptó ser premier sin mencionárselo a su bancada.

Nos sobran motivos para dudar de su palabra. Y he ahí un serio peligro para nuestro bien intencionado mandatario.

Ahora que el gobierno ha anunciado que presentará una acción de inconstitucionalidad ante el TC contra la norma que prohíbe al Estado contratar avisaje en medios de comunicación privados, el jefe del gabinete dice que presentará una propuesta alternativa con la esperanza de encontrar un consenso multipartidario. ¿Acaso no se ha dado cuenta de que se trata de una venganza contra la prensa por haber evidenciado las tropelías de la actual Mesa Directiva?

Su respuesta no tiene sentido. En la misma entrevista acepta que no ha leído ni la primera línea del proyecto alternativo que envió el Ejecutivo cuando observó la ley y que, por el momento, sus ministros tampoco tienen tiempo para ocuparse del asunto porque están atendiendo la emergencia en las zonas afectadas por el friaje.

La verdad es que no va a mover un dedo contra la ley Mulder, que nadie sabe para quién trabaja y que solo resta estar prevenidos. Villanueva está comprometido únicamente consigo mismo.

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