(Foto: Joel Alonso / @photo.gec)
(Foto: Joel Alonso / @photo.gec)

La reciente declaración del candidato de Acción Popular, Yonhy Lescano, sobre su voluntad de pedirle a Chile la devolución del Huáscar, ha herido el patriotismo de los peruanos. El Huáscar refiere nuestro mayor legado de dignidad en combate y quienes conocen nuestra historia y respetan el valor y la memoria de nuestros héroes saben que un trofeo de la calidad del Huáscar no se pide, se recupera. Y si no se puede recuperar, se hunde. Tal y como quiso hacerlo Pedro Gárezon, el último comandante (accidental) del monitor Huáscar en Angamos, dos días después de la muerte de Miguel Grau.

Aquí un fragmento del parte dirigido al capitán de fragata Melitón Carvajal que Gárezon escribió la lúgubre mañana del 10 de octubre de 1879, aún sobre las aguas del Pacífico.

“En este estado y siendo de todo punto imposible ofender al enemigo resolví de acuerdo con los tres oficiales de guerra que quedábamos en combate, sumergir el buque antes que fuera presa del enemigo, y con tal intento mandé al alférez de fragata don Ricardo Herrera para que en persona comunicara al primer maquinista la orden de abrir válvulas, la cual fue ejecutada en el acto, habiendo sido para ello indispensable parar la máquina según el informe que acompaño de dicho maquinista.

Eran las 10.10 a.m. cuando se suspendieron los fuegos del enemigo. El buque principiaba ya a hundirse por la popa y hubiéramos conseguido su completa sumersión si la circunstancia de haber detenido el movimiento de la máquina no hubiera dado a lugar a que llegaran al costado las embarcaciones arriadas por los buques enemigos, a cuya tripulación no nos fue posible rechazar por haber sido inutilizadas todas las armas que teníamos disponibles. Una vez a bordo los oficiales que las conducían obligaron a los maquinistas, revólver en mano, a cerrar las válvulas cuando ya teníamos cuatro pies de agua en la sentina y esperábamos hundirnos de un momento a otro; procedieron activamente a apagar varios incendios que aún continuaban y nos obligaron a pasar a bordo de los blindados junto con los heridos”.