Una neurótica receta: “El presidente accesitario, aunque no elegido, asumió el cargo y fue, de inmediato, rodeado por los mismos asesores que lo hicieron con Humala y Kuczynski. Y a él, como a los otros, le aplicaron la misma y neurótica receta: “pretenden vacarlo, es preciso neutralizar a sus adversarios y fortalecer su poder”. Y, con tal propuesta, se inició el tercer golpe institucional de los últimos cincuenta años (…) Tradicionalmente, un golpe de Estado suma como elementos que una persona no elegida para el cargo ejerza agresivamente la presidencia, que se cierre el Congreso, que se nombren jueces y fiscales nuevos que serán obedientes a quien los designó, que se asalten o se compren los medios de comunicación para difundir la popularidad del régimen y para destruir a sus adversarios, en un propósito orquestado con los nuevos fiscales y jueces. Fue esto lo que silenciosamente comenzó a ocurrir bajo el comando de la principal y más rentada IDL, una asociación comandada por un viejo toledista, Gorriti Ellenbogen, anteriormente miembro del grupo israelí formado por Josep Maiman, Avi Dan On entre otros, actuantes todos con el dinero del especulador internacional George Soros”.