Como en el padrino

Que policías no solo tengan que lidiar con la delincuencia sino también con congresistas es una nueva dimensión a la que nunca deberíamos haber llegado. Varios de los que en la Comisión de Defensa maltrataron esta semana a los oficiales de la Diviac, frente a todo el país, en vivo y directo, suelen llenarse la boca de compromiso con las fuerzas policiales y militares, hasta que, claro, aparece uno que no les tiene miedo y se les cuadra, como el mayor PNP Fredy Ordinola. La forma como este policía fue interrogado sacaría de sus casillas a cualquiera. Nadie merece sufrir ese abuso de poder.

Cuando los cuestionados son los mismos congresistas, como en este caso, por sus preguntas absurdas y desatinadas, así como por intentar culpar a otros de un trágico suicidio, no han dudado en humillar, maltratar y hasta burlarse de quien tengan al frente. Ahora les tocó a los efectivos de élite que en el caso de la intervención en la casa del expresidente García habrían actuado como la ley se los exige. Si realmente quisieran investigar el suicidio, deberían hablar con quienes al parecer sabían de esa intención desde meses atrás y no hicieron nada para impedirlo.

Que el congresista Jorge del Castillo haya luego dicho que el ministro del Interior debería acordarse de que fue Alan García quien lo ascendió a general, terminó por pintar la situación como una escena de Coppola en El Padrino. ¿Qué quiso decir con eso el congresista? ¿Que el ascenso de Moran fue un favor, y que favor con favor se paga?

Deberían dejar descansar el expresidente. Ya no está físicamente en este mundo por decisión propia, pero son sus propios compañeros quienes insisten en utilizar políticamente esta trágica situación. Otros no deberían pagar por su decisión, menos policías que cumplen su trabajo.