¿Otra vez el  facilismo? (GETTY)
¿Otra vez el facilismo? (GETTY)

Más de lo mismo. Todo indica que el gobierno evalúa atacar esta vez a bebidas gaseosas y cervezas, a través del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), en lo que los analistas coinciden en calificar como una medida que sería errática, inmediatista y desesperada del Ministerio de Economía, con el objeto de aumentar la recaudación fiscal. La modificación de la norma sería de inminente publicación en el diario oficial El Peruano, para que, suponemos, se pueda hacer efectiva justo en esta temporada de verano, cuando las gargantas secas hacen que su consumo sea mayor que en otras épocas del año.

Lo triste y preocupante del asunto es que deja en evidencia, una vez más, la pobreza de recursos técnicos y profesionales en las altas esferas del gobierno de Martín Vizcarra. Y en lo que respecta al sector Economía, el facilismo parece estar a la orden del día. ¿Por qué no pensar, en cambio, nos preguntamos, en estrategias imaginativas, por ejemplo, para recortar los elevadísimos índices de informalidad empresarial que tenemos en el país? Ensanchar la base tributaria para mejorar la recaudación es un clamor que viene de antiguo, y desde que retornamos a la democracia es poco lo que se ha hecho en ese sentido, con lo que tampoco se le puede achacar tal incompetencia solo a esta administración, pero ya es hora de que los técnicos del MEF se planteen nuevos enfoques ante este viejo problema.

Una medida semejante sería, además, doblemente dañina dada la situación en que se halla la industria, que, como todos nuestros sectores productivos, está siendo duramente castigada por el pernicioso empantanamiento que vive la economía peruana, que se traduce en empresas que cierran o reducen drásticamente su personal para superar el bache, generando desempleo y alentando de paso el descontento. Todo ello, por supuesto, sin considerar que buena parte del costo del tributo será seguramente trasladado a los consumidores finales.

Un aumento del impuesto a la cerveza difícilmente conducirá a una toma del Palacio de Invierno, menos aún en plena canícula de enero, pero ya está bueno de echar mano al mismo recurso –es la tercera vez que se modificaría el ISC durante este gobierno– para tapar huecos presupuestales de última hora.

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