Inutilizan equipos por más de un millón de soles en operativo contra minería ilegal en Madre de Dios. (Mininter)
Inutilizan equipos por más de un millón de soles en operativo contra minería ilegal en Madre de Dios. (Mininter)

Una cancha de fútbol como la del Estadio Nacional mide poco menos de una hectárea. Imaginen ahora diez mil canchas. Si el fútbol no es lo suyo, entonces piensen en el distrito de Miraflores, que mide poco menos de mil hectáreas, y luego imaginen un terreno equivalente al tamaño de diez Miraflores. Gigante, ¿no? Tal área equivale a lo que el Perú ha perdido de bosque amazónico solo entre enero de 2017 y octubre de 2018 debido a la minería ilegal. Esta es la peor devastación registrada.

Si no lo han hecho, no dejen de leer el reporte de Francesca García en El Comercio del viernes. Muestra las últimas imágenes del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina, que hace un seguimiento constante de esta desgracia, principalmente concentrada en Madre de Dios. La minería ilegal les está ganando a todos en nuestras narices, lavando ganancias de miles de millones, más que en el monumental Lava Jato, que ha opacado a las otras corrupciones que aceitan la maquinaria estatal y que también supieron construir sus brazos políticos. Los mineros ilegales siguen avanzando confiados y protegidos. ¿Cómo desaparece un bosque de casi 10 mil hectáreas sin que pase nada?

Además, todo es evidente. En 2016, Madre de Dios fue la región que, por lejos, más combustible consumió por persona y por vehículo en todo el Perú. ¿Cómo así? La única explicación creíble es que se utiliza para esa minería ilegal. ¿Y qué piensa sobre esto el congresista fujimorista Modesto Figueroa, alias “cigarrito”, vinculado a grifos en la zona?

La minería ilegal no es una entelequia sin responsables, sino el resultado de la acción de personas específicas que actúan con impunidad. Mientras esos delincuentes se levantan millones y se bañan en oro sucio, la Amazonía, que es de todos, desaparece.

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