Perú cayó 3-1 ante Brasil este domingo en el estadio Maracaná. (Foto: AFP)
Perú cayó 3-1 ante Brasil este domingo en el estadio Maracaná. (Foto: AFP)

Empieza la entrega de medallas al subcampeón y los jugadores de Brasil tienen el elegante detalle de hacer un pasillo para que pase el equipo peruano. Maracaná entero aplaude de pie a un equipo que en determinado momento del partido los asustó. El equipo de Tite fue el mejor y un justo campeón, al frente tuvo a un gran rival y jugó una dura final. Los de Gareca nos llenaron de orgullo. Una Copa América inolvidable. Un equipo que se cayó feo y supo levantarse. Dicen que ahí está el verdadero triunfo en la vida. Nuestra selección está cada vez mejor.

El partido siempre lo controló Brasil, nunca Perú estuvo cerca de estar ganando, sí lo empató en un momento inesperado y ahí cometió el gran pecado. Era imprescindible terminar 1-1 el primer tiempo. La pelota perdida por Yotún y los resbalones de Tapia y Zambrano fueron fatales. Cambió todo en ese minuto. En el segundo tiempo, entre el minuto 15 y 30 los metimos en su campo; Flores en una y Trauco en otra, estuvieron cerca. Sobre el final, el oficio de Brasil con 10 hombres nos alejó de la hazaña.

Una Copa que nos dejó grandes conclusiones y aprendizajes. El grupo humano se hizo muy fuerte en la segunda fase, luego de un inicio complicado. Las relaciones humanas, que hoy son fundamentales en un equipo, fueron cambiando para mejor. En la adversidad apareció lo mejor de la conducción de Gareca y su equipo de trabajo. Después del 5-0 era revertir o hundirse. Este grupo decidió salir adelante y nos regaló tres partidos inolvidables.

Ser subcampeones representa un orgullo pero, además, una obligación. Tenemos que estar a la altura del logro. Vienen amistosos duros (otra vez Brasil, Ecuador y Uruguay dos veces) y luego, las durísimas Eliminatorias. Solo el sostener el concepto del nosotros por encima del yo logrará que una selección con menos jerarquía individual sea capaz de clasificar a Qatar porque, mientras más fuerte y unido esté el colectivo, más cerca estará el triunfo sostenido. Arriba, Perú, y gracias, muchachos, fue inolvidable.

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