Ordenando el Perú

Entre otras definiciones de la palabra orden que nos da la www.rae.es, escojo para lo que quiero expresar: “Colocación de las cosas en el lugar que les corresponde” o “concierto, buena disposición de las cosas entre sí”.

Gamarra, el emporio textil más grande de nuestro país –y de Sudamérica, según señalan algunos–, conformada por 30 manzanas, estuvo sumida en el caos durante años; estuvo tomada no solamente por vendedores ambulantes, sino por criminales que cobraban por el uso del espacio público e hicieron de este territorio una zona liberada para el crimen y las infracciones administrativas.

Hicimos un trabajo planificado: primero la arquitectura legal, luego el empadronamiento para la reubicación, después la coordinación con los sectores claves del gobierno central, como Producción, Trabajo, Interior, Vivienda, Sunat y, finalmente, con las empresas de luz y agua.

El trabajo con la Policía fue clave, ellos hicieron inteligencia y capturaron a los extorsionadores; así nos dieron la seguridad para que nosotros hiciéramos nuestro trabajo de intervenir en la recuperación del espacio físico.

No hubo desalojo, se tomó el espacio, y se impidió el ingreso de ambulantes, luego vino la formalización de los ‘formalizados’, inspeccionando galería por galería, para garantizar la seguridad y la vida de las personas ante terremotos e incendios.

Nos dijeron que sería imposible y después de que lo hicimos, que sería “flor de un día”, pero el trabajo diario de sostenimiento ha hecho del emporio de Gamarra un lugar ordenado.

Hemos pasado la prueba de fuego, la campaña de Navidad ha sido ordenada y segura.

Fue difícil, pero se logró, por eso estoy convencida y puedo afirmar que si se pudo en Gamarra, se puede ordenar el Perú.