Fragilidad de bancada oficialista y su propia arrogancia convirtieron a Cateriano en blanco fácil. (Rafael Cornejo)
Fragilidad de bancada oficialista y su propia arrogancia convirtieron a Cateriano en blanco fácil. (Rafael Cornejo)

Redacción PERÚ21

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Fue por lana y salió trasquilado. El ministro de Defensa, Pedro Cateriano, llegó al Congreso para responder al pliego interpelatorio de 39 preguntas. Lo hizo con el pie en alto y con el mismo tono crítico con el que, en la víspera, arremetió contra el Apra y el fujimorismo, bajo la complaciente mirada del jefe de Estado.

Pero calculó mal y no previó que, estando en casa ajena, su actitud confrontacional no tendría eco y más bien encontraría la firme respuesta de sus ocasionales anfitriones, que encontraron en sus yerros el mejor argumento para descalificarlo e iniciar la recolección de firmas para una censura.

Sin el respaldo de una bancada oficialista sólida, Cateriano pasó entonces de ministro a una suerte de piñata política contra la cual sus adversaros lanzaron una andanada de calificativos cada una más ofensiva que la anterior. Desde "gatito faldero" a "felpudini", pasando por "incapaz", "sobón" y "franelero", la oposición no le dio tregua al polémico titular de Defensa, quien no tuvo más remedio que replegarse. Así lo evidenció en su última intervención ante el Pleno, en cuyo marco replicó a sus críticos, pero esta vez sin adjetivos.

SIN RESPONSABILIDADDos meses después de haberse presentado el pedido para interpelarlo por los sucesos de Kepashiato, las compras secretas de las Fuerzas Armadas, la política de ascensos en el Ejército y la colocación en puestos claves de miembros de la promoción del presidente Ollanta Humala, de su hermano Antauro y del asesor Adrián Villafuerte, entre otros temas, Cateriano llegó sonriente al Parlamento en medio de los desganados aplausos del bloque de Gana Perú. Entonces inició su exposición, y en una repetida reseña de los sucesos de Kepashiato, donde una patrulla atacó a una combi hiriendo a varios civiles, en mayo pasado, negó su responsabilidad política y toda infracción a la ley durante la operación.

No aceptó tampoco que haya falta de equidad en el envío de soldados a zonas peligrosas, y menos que se haya impuesto un carácter obligatorio al Servicio Militar. Por el contrario, señaló que el pretendido sorteo para cubrir la demanda de reclutas se ampara en una ley dada por el gobierno anterior y que lo que hizo el actual régimen fue "establecer precisiones".

Rechazó también que se haya infringido la política de reserva de las adquisiciones militares realizadas bajo la administración aprista, asegurando que solo dio valores referenciales de conocimiento público. Para refrendar este descargo, no se le ocurrió nada mejor que exhibir un video del mensaje presidencial de Alan García, en julio de 2010, en el que el exmandatario da cuenta numérica de la capacidad disuasiva de nuestras fuerzas armadas.

Fue entonces que se encendió la mecha de lo que vendría después. Concluida la exposición ministerial se dio paso a las intervenciones congresales y fue ahí cuando parlamentarios de las distintas bancadas –con excepción del oficialismo y de Perú Posible– dirigieron la puntería contra el representante del Ejecutivo.

GATITO FALDEROHéctor Becerril fue el primero en pasarle factura a Cateriano por sus críticas del día anterior. "Muy fiero con la oposición, pero con la primera dama se vuelve un gatito faldero", le espetó el legislador de Fuerza Popular, aludiendo al audio en el que el integrante del gabinete Jiménez da cuenta de que ha recibido la "luz verde" de la esposa del mandatario, Nadine Heredia, para hacer "compras" militares. Esta intervención dio lugar a la primera escaramuza de la jornada y también a las primeras burlas al comedido ministro.

Kenji Fujimori no se quedó atrás, y le enrrostró su cercanía al escritor Mario Vargas Llosa por cuyo Movimiento Libertad Cateriano fue diputado. "¿Qué le ha pasado al ministro recordado por el marqués de la decencia y la democracia para que se convierta en un secretario que se somete a una señora que no ha sido elegida por nadie?", cuestionó, mientras que Javier Velásquez le reclamó por atribuirse el mérito de obras gestionadas en el quinquenio pasado, entre ellas el conjunto de viviendas entregado en la víspera a personal subalterno de la Marina.Su colega Mauricio Mulder le tomó la posta, y expresó vergüenza ajena por el "servilismo" del ministro a quien –dijo– "lo iban a sacar y por eso ataca a la oposición, para volverse medianamente útil (para el presidente)".

Pero eso no fue todo y en una segunda embestida lo tildó de "incapaz". "(…) Se muestra sobando al presidente (Humala) o arreglándole el fajín en un acto propio de un felpudini. ¿En manos de quien está la defensa nacional?", afirmó, al tiempo de cuestionar que hasta la fecha no se haya determinado quién "chuponeó" al titular de Defensa en su propia oficina.

Así transcurrieron más de siete horas, al cabo de las cuales el ministro absolvió, esta vez sin epítetos, algunas interrogantes. Pero no satisfizo, por lo que Fuerza Popular y Concertación Parlamentaria ya tramitan su censura.

SABÍA QUE

- Ayer mismo, la bancada de Fuerza Popular empezó a recolectar firmas para una moción de censura a Cateriano, cuya admisión a debate se debatiría la próxima semana.

- El congresista Javier Velásquez advirtió que Cateriano no dio a conocer la identidad de su interlocutor en el polémico audio de la "luz verde". Tampoco, dijo, precisó a qué tipo de compras se refería.